Rabanitos y rábanos: salud y sabor bajo tierra

Los rabanitos son los campeones en velocidad de crecimiento en la huerta. Su particular picor no pasa desapercibido en las ensaladas de todo el año.

Se siembran directamente en el suelo, son de crecimiento rápido, saludables y llamativos al cosecharlos. Son motivos fundamentales para compartir su cuidado con los chicos. Es un cultivo apto para macetas e ideal para principiantes.

Su origen

No se ha determinado de manera concluyente el origen de los rábanos (Raphanus sativus var. sativus). Se cree que las variedades pequeñas se originaron en la cuenca mediterránea y las grandes, en el lejano Oriente. Los egipcios, 2000 a.C, registraron en jeroglíficos su cultivo y consumo.

Son plantas anuales que poseen una raíz gruesa, carnosa, muy variable en cuanto a la forma y el tamaño. El color también las diferencia, las hay negras, rosadas, rojas, amarillas o blancas. Las variedades se clasifican por su época de cultivo (verano o invierno) o por la forma de la raíz (rábanos redondos, largos y semilargos). Las flores son blancas o amarillas, con cuatro pétalos y están dispuestas en racimos terminales.

Siembra y cuidados

La siembra puede ser “al voleo” o en líneas a una profundidad de 0.5 a 1 cm. En línea, es la forma más organizada para el consumo hogareño. Se siembra por tramos y de forma escalonada cada 15 días, para tener siempre rabanitos jugosos y crujientes.

Marcar un surco, humedecer el fondo y aplicar compost maduro. Sobre este lecho, se siembra. Evitar colocar las semillas muy juntas, cada planta necesitará un espacio vital de desarrollo. Entre rabanitos dejar una separación de 10 cm entre plantas y entre rábanos será entre 15 – 20 cm, dependiendo la variedad.

En esta etapa hay que estar atentos al ataque de babosas y caracoles. Se pueden sembrar durante todo el año. No es conveniente sembrar en almácigo y trasplantar, ya que las raíces crecen deformadas. Bien almacenadas las semillas tienen una viabilidad de 5 años.

 

Fuente: tn.com.ar

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