Misofóbicos, atentos: limpiar mucho no significa limpiar bien

Podés tenerle fobia a los microbios y usar desinfectante todo el tiempo. Pero prestá atención, porque no siempre lo hacemos de la manera correcta.

Uno de mis primeros recuerdos es el olor penetrante del alcohol. Cada noche, mi madre rociaba el fregadero y las encimeras de la cocina con alcohol isopropílico para desinfectarlos, y no me extraña: me cuidó durante meses cuando contraje una desagradable infección de salmonela cuando era pequeña. Los microbios eran su némesis. “Me convertí en una auténtica loca de la limpieza”, reconoció hace poco. “En serio me convertí en una misofóbica”.

Así que no es de extrañar que yo también haya crecido con fobia a los gérmenes. En el sótano guardo un impresionante arsenal de toallitas antimicrobianas, tengo al menos siete botellas de desinfectante de manos repartidos por la casa y el auto, y tengo una bolsa de emergencia guardada en el armario con toallitas de cloro y otra parafernalia de desinfección profunda por si el temido bicho estomacal ataca nuestra casa. (Debo añadir que hay una diferencia entre limpiar y ordenar. Soy una fanática para lo primero, pero una perezosa con lo segundo).

En la actualidad, debido a la pandemia, no soy la única con paranoia por los microbios. En una encuesta realizada el año pasado, en la que participaron 2000 adultos estadounidenses, el 42 por ciento de los encuestados se describieron como misofóbicos, pero nuestros temores no siempre están bien fundados, según entendí al entrevistar a químicos y expertos en limpieza. Resulta que muchas prácticas de limpieza populares no son efectivas y algunas son innecesarias.

 

Fuente: tn.com.ar

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