Los sí y los no de podar de invierno

Arboles y arbustos se benefician con una poda en esta época del año, pero es necesario tomar algunos recaudos.

Cuando el árbol es joven, la poda formativa tiene el objetivo de construir una arquitectura fuerte y segura. Además, los árboles generan defectos en su crecimiento, como ramas con mal ángulo de inserción, ejes codominantes con corteza incluída, chupones o ramas que se secan o que sufren roturas por tormentas.

Con la poda, esos defectos pueden corregirse para minimizar riesgos.

En los árboles adultos, las razones son eliminar interferencias, reducir sombra y resistencia al viento de la copa, mantener la sanidad generando un mejor microclima dentro de la copa, influir en la producción de flores y frutos, mejorar la estética y determinadas vistas e, incluso, incrementar la esperanza de vida del ejemplar.

¿Qué podar en invierno?

En las especies caducas, tanto árboles como arbustos, hay dos momentos en los que no se puede podar: en otoño, desde que comienzan a amarillar las hojas hasta que caen, y en primavera, desde que comienzan a hincharse las yemas hasta que las hojas están completamente expandidas.

En persistentes, realizarla antes del comienzo de la brotación primaveral, para un más rápido cierre de las heridas generadas.

En semipersistentes, en primavera, cuando la hoja ya ha caído y antes de la inmediata floración.

Consejos para podar con éxito

  • Los sí:

Los cortes deben realizarse con la herramienta adecuada para cada caso, según el tamaño, la ubicación y el estado de la rama (seca o verde), a fin de que sean limpios y sin desgarrar tejidos.

Usar tijeras de poda de una y dos manos de corte deslizante o cizalla, serruchos de diferentes diseños en cuanto a forma, tamaño, tipos de dientes y hasta motosierra para ejes de mayor diámetro.

  • Los no:

No debe podarse un ejemplar recién plantado. El ejemplar está estresado debido a la pérdida importante de raíces. Sólo se podarán las ramas rotas y el resto se deberá hacer a fines de la primavera o verano, una vez que la planta haya respondido con una buena brotación y esté en activo crecimiento.

No existe ninguna sustancia que, pincelada sobre un corte, favorezca el cierre de la herida. Si el corte está mal realizado, ponga lo que se ponga, la herida puede generar pudrición.

Antes se utilizaban productos para evitar la entrada de patógenos, hoy se comprobó que si el corte está correcto, esto resulta innecesario.

Los cortes no deben realizarse al ras del tronco.

¿Cuánto podar?

A un árbol o arbusto joven y vital puede llegar a podarse hasta el 40/50% del volúmen total de la copa verde para llegar a un determinado objetivo en una sola intervención. En el caso de un ejemplar maduro, nunca debe podarse más de un 25/30% del volumen total de la copa verde.

Fuente: www.lanacion.com.ar

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