Curiosidades sobre la echeveria, la reina de las suculentas

Con sus múltiples especies, llena de calidez y frescura cualquier rincón del hogar. Resistente como pocas, no requiere de cuidados exigentes y es ideal para principiantes en el mundo de la jardinería. Conocela mejor e inspirate para sumarla a tus ambientes.

La echeveria es una de las especies más utilizadas para decorar y llenar de calidez cualquier rincón del hogar. Forma parte del mundo de las suculentas y es una de las más populares. Además de ser muy bella y tener diferentes variedades, no requiere de cuidados exigentes y es ideal para principiantes en el mundo de la jardinería.

Perteneciente a la familia crassulaceae, es originaria de México y cuenta con más de 400 especies distintas distribuidas por el continente americano y su país nativo. Sus hojas carnosas y en forma de roseta, hacen que muchos la llamen «rosa de alabastro», fundamentalmente para referirse a la echeveria elegans.

Las múltiples especies existentes dentro de este género, suelen tener una morfología similar pero con pequeñas diferencias de color e incluso formas.

Perfecta para exteriores e interiores, gracias a su increíble resistencia puede resistir sin problemas la escasez de agua, ya que tiene capacidad de almacenar reservas en sus tejidos. También tolera el contraste térmico entre el calor del día y las heladas suaves de la noche.

Cuidados básicos de la echeveria en interiores

La ubicación ideal es un ambiente con mucha luz y agradece algunas pocas horas de sol directo. En verano, se recomienda evitar que los rayos del sol le den directo, ya que podrían quemar sus hojas e incluso deformarlas.

Por su procedencia, es una planta que prefiere las temperaturas cálidas y soporta sin problemas el exceso de calor. Sin embargo en verano, se recomienda que no sobrepase los 28C. En lo que respecta al frío, puede resistir temperaturas bajas pero a partir de 4C, su crecimiento se puede ver afectado.

Al tratarse de una especie que está preparada para vivir situaciones de sequía, su riego debe ser moderado y controlado, ya que el exceso de agua podría causar la pudrición de sus raíces. En verano con un riego semanal es suficiente, mientras que en invierno se recomienda uno cada tres semanas. Eso sí: es importante comprobar que el sustrato esté completamente seco entre riego y riego.

Su sustrato debe ser arenoso o perlita para que ayude a drenar y mantener frescas las raíces. Si bien es una planta que no necesita de fertilizante para crecer sin problemas, se puede aplicar uno específico para cactus y crasas durante los meses de primavera y verano.

Fuente: www.airedesantafe.com.ar

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