Qué es el síndrome del Túnel Carpiano

Se suele requerir para la evaluación de alteraciones motoras o sensoriales, con presencia de dolor o disminución de la sensibilidad.

El Síndrome del Túnel Carpiano solía ser más frecuente en personas con factores de riesgo, como, por ejemplo, embarazadas, trabajadores manuales, diabéticos o ancianos, pero ahora se extendió a casi todas las edades y ocupaciones de entre 30 y 60 años.

Se trata de una afección en la cual existe una presión excesiva en el “nervio mediano”, dicho más claro es un callo que se va formando dentro de la mano y aprieta el nervio. Está ubicado en la muñeca, la que permite la sensibilidad y el movimiento de distintas partes de la mano.

“Cuando este síndrome se presenta, puede causar entumecimiento, hormigueo o debilidad tanto en dedos, mano y muñeca así como también dolor. Esto suele suceder con frecuencia durante la noche cuando la mano se duerme y allí el paciente se despierta”, afirma Diego Vega Lauin (MN 103136), especialista en Neurofisiología Clínica. El médico explica que puede extenderse en todo el recorrido del nervio, el brazo, incluso llegando hasta el cuello y que por eso es importante conocer si el origen del problema está en la mano o en el cuello a través de la electromiografía (EMG).

Qué provoca el Síndrome del Túnel Carpiano

Una de las principales causas del Síndrome del Túnel Carpiano son los patrones de uso de la mano y la muñeca a repetición. La hipótesis es que cuando se utiliza una computadora o un mouse o bien se teclea el celular en cualquier horario, estas actividades pueden causar dolor e hinchazón de los tendones o el ligamento que cubre los tendones (llamado LAAC), la cual puede estrechar el túnel carpiano y provocar los primeros síntomas.

Lauin explica que una vez diagnosticado y detectado el grado de afectación a través de la electromiografía se establecen tratamientos. “El más importante es suspender la actividad que lo está generando: usar almohadilla de silicona con el mousse, alternar la mano con la que se utiliza la tecnología, o utilizar muñequera en los casos leves”, enumera el experto y remarca que cuando los síntomas están comenzando se puede revertir completamente con estas medidas. “En los casos moderados o más graves con una cirugía se puede quitar el “callo” que se formó y aprieta el nervio”, detalla.

Por qué hacer una electromiografía

Si bien el médico tratante puede llegar a pedir una radiografía para descartar otros problemas en la muñeca, como la artritis, el único estudio que confirma la presencia del síndrome es la electromiografía, que se compone de los vocablos “electro”, por actividad eléctrica, “mio”, por la actividad de los músculos y “grafía” porque se registra la actividad eléctrica de los músculos en un papel.

“Este examen es una consulta médica que finaliza con el estudio neurofisiólogico que debe ser realizado por un médico, es individual y diferente en cada paciente, el diagnóstico y grado de afectación se va descubriendo a medida que se evalúa. Nunca se debe proceder sin presencia del médico que deberá interrogar y revisar previamente a la persona en el consultorio”, advierte Lauin.

Aunque este estudio no suele conocerse de manera masiva por fuera de la comunidad médica, el concepto es el mismo que el de un electrocardiograma, pero aplicado a los nervios y a los músculos. Consta de insertar un electrodo en un músculo mediante una aguja con el fin de medir la actividad eléctrica. Si bien puede provocar una molestia, el procedimiento es bien tolerado.

En este contexto y al ser un problema mecánico es importante recalcar que por más que se tomen antiinflamatorios el dolor no mejorará.

“En todo caso siempre el primer paso es diagnosticar si el problema está en la muñeca o en otra localización mediante la electromiografía y que el médico que la está tratando sea quien oriente en cada caso individual”, recomienda el experto.

Fuente: tn.com.ar

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