La conmemoración fue establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2010 y su objetivo es fomentar la toma de conciencia sobre las hepatitis virales y las enfermedades que causan, así como la difusión de conocimientos sobre ellas.
El 28 de julio de cada año se celebra el Día Mundial contra la Hepatitis para concienciar sobre las hepatitis víricas, que inflaman el hígado y provocan diversas enfermedades graves, entre ellas el carcinoma hepatocelular. El tema de este año es: «La hepatitis no puede esperar». Con él se hace hincapié en la necesidad urgente de actuar para eliminar esta enfermedad como amenaza para la salud pública de aquí a 2030. No podemos esperar más: cada 30 segundos fallece una persona por síntomas relacionados con las hepatitis víricas, incluso durante la actual crisis causada por el covid.
En esta jornada, la OMS está organizando un debate mundial que dará la oportunidad a los líderes mundiales, regionales y nacionales, los responsables políticos, las comunidades y otras partes interesadas de debatir acerca del modo de avanzar más rápidamente para eliminar las hepatitis de aquí a 2030. En el evento se presentarán contribuciones y testimonios de países de distintas regiones de la OMS.
Por qué esta fecha
El 28 de julio es el día de nacimiento del descubridor del virus de la hepatitis B, Profesor Baruch Samuel Blumberg, galardonado con el Premio Nobel. En su honor, en el año 2010 la Asamblea Mundial de la Salud estableció el 28 de Julio como el Día Mundial contra la Hepatitis, reconociendo la carga de enfermedad que representa en todo el mundo, la necesidad de mejorar su conocimiento por parte de la población, al mismo tiempo que comprometer a los estados para que garanticen el acceso a su diagnóstico y tratamiento oportunos.
Qué es la hepatitis
Es una inflamación del hígado causada por uno de los cinco virus de la hepatitis, llamados tipo A, B, C, D y E. Este grupo de enfermedades cursan con inflamación del hígado, un órgano vital del que se pueden enlistar innumerables funciones indispensables para la vida.
- La hepatitis A y la E son causadas, generalmente, por la ingestión de agua o alimentos contaminados.
- Las hepatitis B, C y D se producen de ordinario por el contacto con humores corporales infectados. Son formas comunes de transmisión de estos últimos la transfusión de sangre o productos sanguíneos contaminados, los procedimientos médicos invasores en que se usa equipo contaminado y, en el caso de la hepatitis B, la transmisión de la madre a la criatura en el parto o de un miembro de la familia al niño, así como el contacto sexual.
La infección aguda puede acompañarse de pocos síntomas o de ninguno; también puede producir manifestaciones como la ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), orina oscura, fatiga intensa, náuseas, vómitos y dolor abdominal.
Fuente: www.airedesantafe.com.ar