Paso a paso: cómo congelar distintos tipos de quesos para que se conserven bien

Conservar los quesos no es tarea sencilla, por eso te damos las claves para que puedas congelar los distintos tipos. Este es el paso a paso para seguir en todas las casas.

Sin lugar a dudas, los quesos es uno de los alimentos más ricos y que no puede faltar en ninguna casa. Son varios los platillos que llevan este alimento tan nutritivo y que al mismo tiempo, gracias a su gran variedad, siempre hay algún tipo para cualquier paladar. Pero por momentos, pueden llegar a ser un poco difíciles de conservar.

Existen decenas de variedades como el queso en lonchas, duros curados, blandos, tiernos, de cabra, de vaca, de oveja. Su origen lácteo hace que su almacenaje sea delicado, pero no imposible. Lo más importante es tener en cuenta algunos factores antes de intentar guardarlo por mucho tiempo. Por eso, te vamos a mostrar las distintas maneras para conservar el queso y disponer de él cuando lo necesites, según lo publicó el medio El Español.

Los quesos en general se pueden congelar, pero algunos responden diferente a otros. Por ejemplo los que son en crema contienen un gran porcentaje de grasa que se separa del suero al volver a temperatura ambiente. En estos casos, una vez que se descongelen pueden ser más útiles como base de otras preparaciones que requieran batirlas.

En el caso de los quesos frescos, pueden soportar bajas temperaturas, pero, una vez que se descongelan, el aroma y el sabor habrán variado un poco. Una recomendación muy útil antes de ponerlos al frío es secarlos con papel absorbente y envolverlos en una lámina de plástico transparente o en una bolsa con cierre hermético.

Los quesos magros son ideales para congelar porque tienen menos grasa. De hecho, el frío prolongado mejora sus características originales. Para congelarlo hay que envolverlo en papel film de cocina y cubrirlo con el papel o el envase original. Por otro lado, los duros o semiduros necesitan varias capas de plástico transparente y un envase hermético para poder congelarlos. Pueden que le aparezcan manchas blancas o señales de moho. Lo único que vas a tener que hacer es frotar la zona con papel absorbente humedecido en aceite de oliva.

Y ahora te contamos cómo tenes que hacer con el queso en lonchas o rallado. El primero se debe congelar como viene en el envase, con sus envoltorios y separados entre sí. Mientras que el segundo solo tienes que guardarlos en una bolsa hermética (algunos de ellos ya vienen en bolsas con este cierre) y asegurarte de sacarle todo el aire antes de introducirla en el freezer.

Fuente: la100.cienradios.com

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