El proceso ocurre en el organismo después de cada comida, pero en ocasiones no siempre es perfecto.
La digestión es un proceso natural del organismo, fundamental para la salud, en el que el aparato digestivo consigue convertir los alimentos y bebidas que se ingieren en los nutrientes indispensables para el cuerpo.
“La digestión es un tema que nos interesa a todos, pero muchas veces existe confusión sobre sus procesos y funcionamiento ¡Nada que no pueda combatirse con un poco de información!”, propone Fabio Nachman (M.N. 96.066), jefe del servicio de Gastroenterología de la Fundación Favaloro y expresidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología.
Masticar bien la comida en la boca, tragar hacia el esófago, sin forzar, tomar agua pausadamente y hacer la digestión con cierto reposo favorecerán la absorción de los nutrientes que se descomponen sistemáticamente en el estómago, duodeno, intestino delgado y grueso, final de trayecto para los deshechos.
En todo este proceso, que empieza cuando se genera el bolo alimenticio –comida masticada con saliva– existe un denominador común: la acción de las enzimas digestivas.
Mitos sobre la digestión
Mito 1: La digestión ocurre en el estómago.
En realidad, la digestión es un proceso complejo que comienza con la masticación y la mezcla de los alimentos con saliva y una enzima llamada amilasa salival. De ahí pasa al esófago y cada órgano del sistema digestivo cumple su función.
Mito 2: La comida absorbe el alcohol
Un alimento nunca absorbe a otro. Los efectos del alcohol seguirán estando allí incluso con un estómago lleno. “Sobra que les diga, además, que es importante evitar cualquier tipo de excesos”, advierte el médico.
Mito 3: Los alimentos crudos se digieren mejor.
En realidad, los alimentos bien cocidos son los más fáciles de digerir. Pero es fundamental que podamos incorporar todo tipo de alimentos, en todas sus formas, para poder darle a nuestro organismo los nutrientes y la variedad que necesita.
Consejos para mejorar la digestión
Para tener una mejor digestión, expertos recomiendan implementar algunos hábitos. El primero de ellos es hacer ejercicio porque está comprobado que la actividad física tiene la capacidad de mejorar la movilidad gastrointestinal, la que implica los movimientos que presenta el tubo digestivo como una acción mecánica para transportar el alimento y el material de desecho desde la boca hasta el ano, así como contribuir a su descomposición.
Siguiendo esta línea, reducir el estrés también será crucial para mejorar la digestión. El argumento radica en que el estrés mantiene una señalización sobre los intestinos, factores importantes en el funcionamiento de este sistema. Por lo tanto, reducir situaciones tensas mejorará la salud digestiva.
Una ingesta adecuada de agua también es prioridad para mantener una buena digestión, ya que proporciona un medio adecuado para la descomposición de los alimentos y la posterior absorción de los nutrientes. Incluso, este líquido ayuda a ablandar las heces para prevenir el estreñimiento.
Fuente: tn.com.ar