Las mejores formas de proteger a tu perro del frío

Algunos consejos para cuidar a tu mejor amigo en las épocas de temperaturas más bajas.

Cuando llega el invierno, tu perro también puede sufrir este cambio de estación, es por ello que podés tomar algunas medidas. Con respecto a los abrigos, hay algunos que no lo precisan. De hecho, su sistema circulatorio está mejor equipado que el nuestro para resistir el frío. Pero no todos son iguales: por mucho qu esté cubierto de pelo, no des por hecho que está preparado para cualquier invierno.

El problema es que muchos carecen del pelaje suficiente, o este no resulta efectivo en la tarea de mantener el calor. Si viven en una zona de clima frío, todos los perros de pelo corto, como los galgos, chihuahuas, entre otros, suelen necesitar ropa de abrigo. Incluso los de de razas de origen montañoso, que cuentan con una capa aislante natural, pueden beneficiarse de una prenda adicional durante los días más gélidos, lluviosos o ventosos.

En todo caso, los más pequeños, como el chihuahua, el caniche, el bulldog francés o mestizos similares, son los que peor lo pasan, porque su pelo prácticamente no los protege. Preservar la temperatura corporal resulta, además, importante para todos los cachorros, así como para los perros delgados, mayores (su sistema inmunológico suele debilitarse) o que sufren una enfermedad crónica, como un problema cardiaco, diabetes o artritis.

Los que mejor llevan el frío son por ejemplo los huskies y, en general, razas nórdicas de pelo largo. Por su parte, perros como el labrador, el golden retriever y similares se encuentran en un punto intermedio. Pero incluso si luce un pelazo, puede agradecer un jersey durante los días más gélidos.

Elegí una prenda perruna que le cubra desde la base del cuello hasta la cola, y que le proteja el pecho y el abdomen. Debe quedarle ceñida, pero sin apretarle ni restringir el movimiento; las tiras o velcros ajustables son una buena idea ya que ayudan a ponerla y quitarlo. Para los días de lluvia, será útil contar con una prenda impermeable. Asegurate de que la etiqueta indique que es transpirable. Y, mejor aún, que además pueda meterse en el lavarropas.

Otros consejos contra el frío

1- Protegé sus patas, no descartes las botas: las almohadillas soportan bien el frío moderado. Pero la cosa cambia en circunstancias más extremas: en ese caso, necesitan protección. En invierno, las almohadillas suelen secarse y agrietarse con mayor facilidad. Podés hidratar sus patas: existen productos veterinarios específicos para esta zona, pero un poco de vaselina antes del paseo también puede servir. Para el frío extremo y la nieve, no descartes usar unas botas perrunas: las hay ligeras y preparadas contra resbalones.

2- Baños al mínimo: como le sucede a la nuestra, la piel perruna también se reseca y vuelve tirante con el frío. Por eso, intentá reducir los baños al mínimo.

3- Aceite de oliva o coco en la comida: para evitar la sequedad, podés añadir un poco de aceite de oliva o de coco a su dieta, ya que ayudan a hidratar la piel perruna. Con media cucharadita basta para un perro por debajo de los 13 kilos; pero añadí una entera si es más grande. Antes de hacerlo, consultá con tu veterinario.

4- Dormir calentito: asegurate de que disponga de un sitio cálido y confortable donde dormir, protegido del suelo y lejos de corrientes de aire. Una camita acolchada con una manta e incluso una almohada (a muchos les gusta apoyar en ella su cabeza) son ideales.

5- Rampas y escaleras para los mayores: la artritis, que sufren muchos perros ancianos, se agrava con el frío. Si presenta síntomas de movilidad reducida o ya la tiene, unas rampas y escaleras colocadas en lugares estratégicos pueden ayudarle a moverse por casa. Además, hay muchos tratamientos contra el dolor; preguntá al veterinario para asesorarte.

Fuente: lt10.com.ar

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