Se trata de uno de los mamíferos de mayor tamaño de la naturaleza, y las características de su cuerpo revelan muchos de sus secretos.
El elefante es uno de los animales más conocidos, admirados y queridos de todo el mundo natural.
Es un mamífero herbívoro gigante único en su aspecto por su larga trompa, prolongación nasal de múltiples e inimaginables funciones.
Un ejemplar adulto puede alcanzar los cuatro metros de largo y las seis toneladas de peso.
Hay dos especies de elefantes que son un claro ejemplo de la convergencia biológica, un fenómeno natural por el que la evolución presenta soluciones similares a problemas parecidos.
De esa forma, las dos especies de elefantes, el africano y el asiático, no son parientes, aunque los ambientes en los que viven se parecen por lo que sus formas son semejantes cumpliendo con la premisa apuntada.
Si hay algo que realmente llama la atención de los elefantes, en especial de los africanos, son sus orejas, hasta tal punto de que es el animal con las orejas más grandes que existe en el planeta Tierra.
Las orejas del elefante africano miden unos 180 centímetros de largo por 110 centímetros de ancho. En tanto las del elefante asiático son mucho más pequeñas: 60 centímetros de largo por 30 centímetros de ancho.
Los elefantes son animales de sangre caliente. Deben mantener su temperatura corporal constante para garantizar el buen funcionamiento de sus procesos metabólicos.
No sudan y, además, al ser tan grandes, su metabolismo trabaja mucho y produce una gran cantidad de calor.
Es por ello que utilizan las orejas para refrescarse y regular su temperatura corporal.
La sangre caliente en las arterias se enfría gracias a la existencia de una red sanguínea en la superficie de las orejas que actúa como un verdadero radiador de calor hacia el exterior.
De esa forma la sangre pasa a través de los capilares y regresa al cuerpo más fría, sosteniendo una constante térmica.
Por otra parte, las orejas son un factor de expresión emocional.
Gracias a las orejas es posible saber cuándo un elefante se encuentra en señal de alerta ya que en cuanto percibe algún peligro, abre las orejas a todo lo ancho.
Otro dato curioso de las orejas de los elefantes es la capacidad de capturar y percibir los infrasonidos, esto les permite comunicarse con los ejemplares de su manada a larga distancia.
Lo que es fundamental para la supervivencia de las manadas, en las que el mando suele estar una matriarca de avanzada edad.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
Fuente: www.infobae.com