La levotiroxina suele ser el fármaco utilizado por las personas que padecen esta enfermedad, que afecta al 5% de la población y es más frecuente entre las mujeres. Sin embargo, los hábitos nutricionales no deben ser dejados de lado.
El hipotiroidismo es una disminución en la función de la tiroides, una glándula localizada en el cuello debajo del mentón, en lo que se conoce como la “nuez de Adán”, o sea, la prominencia de la laringe, el órgano de la fonación. Esta glándula cumple un rol clave en el metabolismo, o sea, funcionamiento corporal controlando la función cardíaca, gastrointestinal, muscular, la salud ósea y, en etapas más tempranas, el desarrollo cerebral. Por lo tanto, una alteración en su función tiene un impacto multiorgánico.
Es una enfermedad que ocurre ocho veces más frecuente en mujeres y es muy molesta para la vida cotidiana. Puede causar sobrepeso u obesidad, caída del cabello, sensación de frío, constipación, tristeza, depresión, cansancio, alteración de la menstruación y dolores articulares, por mencionar algunos. Es una condición muy frecuente, ya que se estima que afecta al 5% de la población.
La causa más frecuente de hipotiroidismo es la destrucción de la glándula por parte del sistema inmune, lo que se conoce como tiroiditis de Hashimoto (TH), una de las enfermedades autoinmunes más frecuentes. Los glóbulos blancos del sistema de defensa atacan por error (“atacan células/órgano propio”) esta glándula generando gran inflamación, lo que genera una falla en su función con la consecuente disminución de la producción de hormona tiroidea. El tratamiento es la reposición de esa hormona y el medicamento más utilizado es levotiroxina.
Alrededor del 80% del riesgo para desarrollar esta enfermedad es genético, siendo el 20% la interacción de los factores ambientales. Lo que demuestra que el ADN de una persona juega un rol clave en el mecanismo de desarrollo. Por este motivo, en estos casos analizamos variantes genéticas fundamentales con respecto a la función tiroidea y la respuesta al tratamiento:
– El riesgo para desarrollar hipotiroidismo y otras enfermedades autoinmunes.
– La tendencia a los niveles de TSH, T4 y T3 en sangre.
– La respuesta de la levotiroxina y su conversión eficiente o defectuosa a T3 en el cuerpo.
Cuando una persona tiene diagnóstico de hipotiroidismo es importante analizar múltiples variantes de genes marcadores de enfermedades autoinmunes, ya que, al ser una enfermedad autoinmune, tiene un mayor riesgo de también desarrollar otras condiciones de esa misma categoría como la enfermedad celíaca, lupus, anemia perniciosa (cuando hay déficit de B12 se desarrolla), entre tantas otras.
La levotiroxina (T4) se indica tomarla con el estómago vacío para lograr una mejor absorción. La Clínica Mayo recomienda, para evitar interacciones con la medicación, consumir varias horas antes o después los siguientes alimentos, suplementos y medicamentos:
– Alimentos ricos en fibra: cereales integrales, avena, cebada, centeno, frambuesas, frutillas, peras, melones, naranjas, brócoli, zanahorias, maíz dulce, arvejas, porotos y legumbres, nueces, semillas, papa con piel.
– Harina de soja
– Harina de semilla de algodón
– Suplementos de hierro o multivitamínicos que contienen hierro
– Suplementos de calcio
– Antiácidos que contienen aluminio, magnesio o calcio
– Algunos medicamentos para las úlceras, como sucralfato
– Algunos medicamentos para reducir el colesterol, como los que contienen colestiramina y colestipol
Las mujeres que presentan variantes en los genes DIO tienen la conversión disminuida de T4 a T3, que está demostrado ser un factor de riesgo para desarrollar depresión y trastorno bipolar. Por lo tanto, nosotros, al identificar esta característica, la comunicamos a la persona durante la devolución de los resultados y al endocrinólogo para que evalúe la posibilidad de indicar T4 + T3.
Toda la información genética que analizamos es muy valiosa para el médico especialista para evaluar si la dosis levotiroxina es la correcta o tendría que modificarse para lograr una mayor efectividad. El manejo de este medicamento es muy delicado. En algunas mujeres se tarda mucho tiempo en identificar la dosis óptima y estos datos brindan una mayor precisión para resolver este problema tan frecuente.
Un reciente estudio científico publicado en junio de 2020 en la revista Scientific Reports analizó las diferencias en el consumo de alimentos entre casi 500 personas con tiroiditis de Hashimoto (TH) y alrededor de 430 personas sanas (grupo control) demostrando que las personas con hipotirodismo (TH) no modifican su tipo de alimentación, incluso recibiendo medicación. Lo que representa una llamada de atención para las sociedades médicas y de nutrición a nivel mundial para consensuar recomendaciones en la alimentación para mejorar a nivel molecular los niveles de inflamación y mejorar la sintomatología tan diversas.
Nuestro test genético de hipotiroidismo lo complementamos con el test genético nutricional, lo que nos permite realizar un enfoque integral de la persona. De esta manera, analizamos múltiples intolerancias como lactosa, harinas, histamina, solanáceas y alergias alimentarias, entre múltiples datos más. A partir de toda la información, hemos implementado un plan de alimentación personalizado específico para los casos de hipotiroidismo.
(*) El autor, Jorge Dotto, es médico (UBA), especialista en Anatomía Patológica (Universidad de Yale) y especialista en Patología Molecular y Genética (Universidad de Harvard)
Fuente: www.infobae.com