Los parásitos de los perros siempre han sido una preocupación de los tutores humanos en salvaguarda de la salud de sus compañeros de cuatro patas y en resguardo de su propia salud.
Son múltiples los parásitos que pueden afectar a nuestros perros y a nuestros gatos y muchos de ellos pueden transmitirse al ser humano con consecuencias serias y graves.
Entre los más frecuentes, se cuentan los Áscaris, los Ancilostomas y la Tenias, parásitos muy comunes que habitan en el intestino del perro y del gato y que, en determinadas condiciones, pueden transmitirse a los seres humanos y ocasionarles diversas enfermedades.
Las materia fecal de perro o de gato, que queda en las veredas, parques y plazas después de que las mascotas defecan, está lejos de ser inocua para la salud de las personas, y en particular de los niños.
Por otra parte, muchos de estos parásitos son resistentes al paso del tiempo, incluso a la lluvia, por lo cual su capacidad infectante se mantiene por períodos prolongados.
La mayoría de los estudios detectan una importante carga de parásitos en la materia fecal estudiada en las calles.
En el ser humano pueden generar infestaciones con sintomatología muy variada, cuya gravedad depende de la edad de la persona afectada y de su estado inmunológico.
Por ejemplo en los niños la infestación por Áscaris puede llegar incluso a provocar pérdida de la visión.
Las larvas de Ancilostomas, por otra parte, que pueden penetrar la piel de los pies al andar descalzo, causando cuadros digestivos y respiratorios.
Los areneros de las plazas, destinados al juego de los niños, también son, muchas veces, el lugar donde defecan perros y gatos.
La tenencia o tutoría responsable de un perro incluye la concientización de la población, y eso implica recoger las heces con una bolsa cuando se saca el perro a pasear y también que se le realicen estudios periódicos parasitológicos en la materia fecal
Los perros no pasean solos sino con COCOBOL, apócope de collar, correa y bolsa que es la forma correcta de pasear con nuestro perro y evitar ser nosotros un factor agravante del problema.
Muchas veces la recomendación profesional nos dice de desparasitar periódicamente, a periodos fijos, a nuestro animal de compañía, perro o gato y en esos casos es muy importante entender que los antiparasitarios no tiene efecto preventivo si no curativo.
Es decir que si nuestro perro o muestro gato no está parasitado se lo habremos dado sin ningún efecto ya que no tiene acción preventiva o residual.
La desparasitación masiva, sin embargo, tiene un sentido positivo epidemiológico porque en el marco de una población seguramente disminuiremos la prevalencia y presencia de parásitos previniendo graves enfermedades.
En los casos individuales con dueño o tutor responsable lo más recomendable es obrar en consecuencia al resultado de análisis parasitológicos seriados y frescos de materia fecal, para suministrar los antiparasitarios cuando sea necesario hacerlo.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
Fuente: www.infobae.com