Día del waffle

Desde el Siglo XII hasta la actualidad, esta deliciosa comida no solo fue denominada de distintas maneras, sino que hasta se preparaba de formas diferentes. Curiosidades de un alimento que gana adeptos desde la década del ‘60 y un paso a paso de las mejores recetas.

La cocción entre dos planchas de hierro de cereales molidos para lograr galletas planas ya era utilizado en la Antigua Grecia, es que este tipo de alimentos, particularmente el trigo, era la base de la alimentación de la cuenca Mediterránea por sobre los animales y sus productos derivados. Incluso, todavía en la Edad Media era así, ya que las diferentes religiones prohibían este tipo de productos en momentos como la Cuaresma y otras jornadas de ayuno.

Estas galletas se elaboraban en los monasterios para después ser consagradas y convertirse en hostias. El paso del tiempo hizo que las distintas panaderías empezaran a producirlas un poco más grandes, de más está decir que no con la forma actual de panal de abeja o rejilla, sino que las planchas tenían grabado el escudo del propietario, o incluso algún paisaje. Más acá en el tiempo, a fines del Siglo XII, ya eran mencionados en distintos escritos y poemas. Y su comercialización se hacía en la calles, además de las cercanías de las Iglesias en épocas de festividades religiosas.

Tras comenzar a ganar terreno en toda Europa, fue llamado “wâfel” en Alemania, “wafel” en Holanda y en Francia es conocido como gaufre. Así, como sucede con otras comidas, en cada lugar fue teniendo variaciones en su receta, logrando una identidad propia, pero nunca dejando de lado la esencia, el cocinarlos entre dos planchas de hierro. La forma de consumo no variaba, era con la mano, y carente de toppings, apenas un poco de sirope que acompañe, según la región donde se elaborara.

Pese a que se lo considera ligado a la cultura de los Estados Unidos, no fue sino hasta 1789 que una wafflera llegó a esas tierras. Y todo gracias a Thomas Jefferson, quien pocos años después fuera Presidente, según el relato de Anna Berkes, bibliotecaria durante 12 años en la residencia Monticello del afamado político.

En ese año, Jefferson regresó a los Estados Unidos luego de un periodo como embajador en Francia, y entre sus pertenencias se encontraban cuatro waffleras que había adquirido en Amsterdam, además de un par de recetas escritas. Tal vez los waffles hayan estado en algún momento como parte de los desayunos de la Casa Blanca aunque no hay registros de ello, pero sí que al menos estuvieron en Monticello.

Recién en 1960, mucho más acá en el tiempo, Maurice Vermersch, de Bruselas, junto con su esposa, ajustaron la receta, a la que sumaron diferentes opciones para acompañar, como crema, chocolate y distintos tipos de caramelos líquidos y los presentaron en la Exposición Universal celebrada en la ciudad de Bruselas ese año.

Tal fue la aceptación que, 4 años después, Vermersch se hizo presente en la Feria Mundial de Queens, en los Estados Unidos, con el mismo producto que había revolucionado Bruselas. Para la ocasión, preparó un espacio que simulaba el aspecto de un poblado medieval en el que daba de probar su especialidad, que sumaba frutos rojos y crema. En un principio fueron denominados “bruselas waffles” aunque al poco tiempo pasó a ser simplemente “waffle belga”.

“Una vez que la feria cierre para siempre, no se sorprenda si ve waffles belgas en su camino. Cinco jóvenes empresarios de Chicago, inspirados por el éxito que obtuvieron en la Feria Mundial, ya formaron una empresa llamada Belgian Queen, Inc. Diseñaron su propia máquina para hacerlos y la están fabricando aquí. Hicieron que una compañía de alimentos elaborara su propia fórmula de la mezcla de masa e incluso su propia mezcla de cobertura batida”, relata una crónica de la época, dando cuenta de qué tan rápida fue la aceptación que tuvo.

Pero las waffleras no solo sirvieron en esa época para preparar el aclamado producto que ya está instalado en la cultura estadounidense, sino que también fueron el vehículo que ayudó a revolucionar el mercado de las zapatillas deportivas, por más extraño que parezca.

En 1971, el entrenador de atletismo Bill Bowerman se encontraba desayunando con su esposa Bárbara en momentos en que pensaba cómo hacer para aligerar el calzado deportivo, ya que hasta ese entonces para ese deporte se utilizaba la suela con clavos para un mejor agarre, pero ya estábamos en una época en que se producía la transición a un suelo artificial y eso haría que las pistas apenas duren un par de vueltas en buen estado.

Bowerman y su socio para ese entonces eran poseedores de la marca de indumentaria deportiva Blue Ribbons Sports, a través de la cual distribuían el calzado de la firma Onitsuka Tiger. Entendía que si la jugada le salía bien podía comenzar a trabajar en su propia marca de zapatillas.

En un momento de esa mañana, Bill miró serio a su mujer y se limitó a preguntar: “¿Qué pasaría si invirtiéramos la forma del molde que tiene un waffle para conseguir una suela que tuviera tacos de goma?”. Se levantó de su asiento, agarró la wafflera y se dirigió a su “laboratorio”, como lo llama su mujer. Reemplazó la masa por una mezcla de uretano líquido y entendió que así era el diseño que necesitaba para que el calzado se adhiera al terreno.

El calzado fue un éxito, la empresa no solo finalizó el contrato que mantenían con Onitsuka sino que además para darle una nueva vida cambiaron el nombre y logo de su marca. El logo fue llamado “swoosh”, ya que así era el sonido que se escuchaba al momento de correr. La empresa comenzó a llamarse igual que la diosa griega de la victoria: Nike.

¿La receta de los waffles?

– Ingredientes, para 12 unidades “tradicionales”

Según se detalla en The art of belgian cooking

2 1/2 tazas de harina

5 huevos

1/4 taza de azúcar

Pizca de sal

1 cdita de extracto de vainilla

1 taza de leche

5 cdas de manteca derretida

Procedimiento

Mezclar la harina, las yemas de huevo, el azúcar, la sal, la vainilla, la leche y la manteca. Batir las claras de huevo bastante firmes. Incorporar gradualmente a la pasta, mezclar bien. Cocinar en una plancha para waffles ligeramente untada con manteca. Tan pronto como estén listos, cubrir con azúcar impalpable. Servir tibio.

Fuente: www.infobae.com

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