DE AVELLANEDA A SUDÁN

La empresa Dolbi concretó la primera exportación del equipo desarrollado junto al INTA Reconquista y APPA. Pensada para los pequeños productores, abre un abanico para la mayor eficiencia productiva en el mercado interno y la exportación


Desde esta semana, el ingreso al mercado exportador de la cosechadora autopropulsada representa para esta empresa del norte santafesino un impulso hacia el negocio global del algodón. La recolección mecanizada del cultivo con autopropulsión es un hecho inédito, y la consolida como una marca protagonista a nivel mundial. Gracias a esto, esta cosechadora de producción nacional cuenta con firmes perspectivas de inserción debido a sus características tecnológicas y sus costos accesibles.

«Es un orgullo y una alegría inconmensurable», le dice el Ing. Agr. Enzo Bianchi a Campolitoral. Lo afirma en relación al hito que significa para ellos como empresa y para toda la región, ya que a través de su cargo como gerente de I+D en la compañía, fue uno de los referentes del equipo que gestó esta tecnología.

En referencia a esto, hizo hincapié en que la empresa cumple 60 años, y el algodón marcó siempre el crecimiento de la compañía. «Siempre nos destacamos por desarrollar maquinarias para el pequeño y mediano productor algodonero, no sólo del norte santafesino, sino de acá hacia el norte, ya sea Chaco, Santiago del Estero y Formosa», agrega.

Sin embargo, reconoce que esto es el fruto de un trabajo de equipo que ya lleva muchos años. «Esto, sumado a la Estación Experimental de INTA Reconquista con quien tuvimos un vínculo muy importante, tanto para el desarrollo como para las experimentaciones a campo», admite.

Trabajo consolidado 

Consultado sobre el concepto de autopropulsado, recuerda que tiene su origen en la idea del manejo del cultivo con alta densidad de plantas, con el sistema stripper o de despoje de algodón. «Las primeras experiencias datan del año 2002. En 2006 nace la cosechadora de arrastre Javiyú. Ese año la empresa firma un convenio de transferencia tecnológica con INTA. Desde ahí se la empieza a fabricar y se mete de lleno en el tema de la cosecha de algodón, no sólo en la siembra».

Siguiendo con la cronología, en 2009/10 desarrollaron un sistema de rotoenfardado para mejorar la logística del cultivo, largando al mercado la primera roto enfardadora del mundo destinada al algodón. Con semejante envión, en 2013 empezaron a pensar en una cosechadora automotriz completa: que coseche con el sistema stripper, para que deje el cultivo como la roto enfardadora, en forma de rollos envuelto en una película de strech film, que le brinda una protección UV de hasta 6 meses ya sea en la chacra o en el playón, garantizando que no se pierdan las características del algodón, por factores exógenos o por la lluvia. Con el sistema tradicional, el rollo quedaba expuesto a los elementos, el producto se ensuciaba con la tierra, y la lluvia. «Y el productor produce fibra», destaca Bianchi para aclarar dudas.

Aquel año, INTA saca del galpón una antigua «Sapucay» que estaba obsoleta con la idea de reformarla. Se la adapta y se presenta en 2014 con un sistema stripper con pre limpieza y una cámara de roto enfardado. «Eso se licita y nuevamente competimos y quedamos con un segundo convenio de transferencia tecnológica». Se la llamó «La Lola».

A partir de 2017 ya contaban con el primer prototipo para cosechar algodón de la campaña 16/17. «Hicimos los ensayos y las primer maquinas se comercializaron este año. Luego de 4 años de trabajo, 10 mil rollos y 22 mil hectáreas recorridas, el equipo estaba listo para salir a la cancha. Además del prototipo se fabricaron dos unidades. Una se vendió a un productor de la localidad de Bandera, y la otra se va a África. «Este equipo se va para Sudán, a un cliente que desde 2014 nos viene comprando maquinaria, inclusiva la Javiyú».

Un equipo superador 

Bianchi enfatiza que la máquina tiene buena capacidad operativa y un bajísimo costo operativo. «El costo es ínfimo porque no tiene muchas cosas para reparar, y tiene algo muy interesante que es su peso liviano, lo que le permite transitar en suelos complicados. Apuntamos a productores medianos y hasta grandes que siembran en campos marginales. Pesa poco más de 10 toneladas y es muy versátil», agrega.

En cuanto a los objetivos de mediano plazo, son todas ilusiones. «Aspiramos a una producción propia, porque hoy se basa en una gran asistencia de terceros: ya sea por los motores, la transmisión, y nosotros armamos el resto del equipo: el chasis, la plataforma y la roto enfardadora», se ilusiona.

Con este esquema están en condiciones de producir hasta 6 máquinas al año. «Por eso pensamos en asociarnos con otras empresas par aumentar la producción, concentrando las partes», dice. «Cuando la demanda se dispare apuntamos a hacer nosotros el montaje final», explica en referencia a las perspectivas de acá a 3 años, donde piensan hacer un joint venture con otras empresas que les dé otra escala productiva.

«Igualmente venimos ampliando la planta, en 2012 alcanzamos los 14 mil metros cubiertos, y ahora vamos por la incorporación de personal calificado». Finalmente, destaca que en promedio la máquina tiene una capacidad de 40 tn de cosecha al día (con picos de 70 tn). En hectáreas varia mucho, pero en una jornada laboral puede llegar a 9/10 tn por hora dependiendo del clima. En un día normal produce 80/100 rollos de 450 kilos. Su consumo es bajo, menos de 200 litros de gasoil por día. Está pensada para ser eficiente, tener una alta capacidad operativa y costos bajos. Simple de reparar, cómodo para reparar y operar»

El producto de las tres patas

La máquina, que ya está en la zona de embarque del puerto de Zárate, es el resultado del trabajo de la empresa junto al INTA y la Asociación para la Promoción Algodonera de Santa Fe (APPA). Para Marcelo Paytas, titular del INTA Reconquista, este hito es producto del proyecto tripartito. «INTA Reconquista tiene una gran trayectoria en esta materia» afirma en relación a la Javiyú, que se usa acá y en otros países. «Hasta ahora veníamos solucionando todas las etapas menos la cosecha, y con esta máquina lo logramos», agrega. «Este nuevo modelo enrolla, y eso fortalece la producción y la hace más competitiva», afirma.

Respecto de las líneas de trabajo conjuntas, siguen desarrollando y ajustando tecnologías de manejo agronómico que permita un mejor rinde, calidad de la fibra, y que eso llegue al productor a través de la capacitación. «Es un paquete tecnológico para acompañar a la cadena desde la investigación».

Paytas enfatiza que esta tecnología es competitiva no solo acá, sino en todo el mundo. «Permite que hoy sea mas fácil producir algodón, y compite con los precios de las tradicionales marcas. Es una máquina con un paquete tecnológico, es conocimiento, son años de investigación. El haber sido desarrollada por agrónomos ayuda a ajustar el cultivo y las prácticas de manejo, para acercarnos a una cosecha mas eficiente».

Por otro lado, explicó que el desarrollo genético es un trabajo que lo complementa. «Pensando en cultivares que se adapten mejor a las condiciones productivas de a Argentina y para una cosecha stripper. Se buscan ciclos más cortos, con menos ramificación, plantas mas compactas, cuanto menos palo, mejor. Y a su vez, mejore rindes y mayores porcentajes de fibra o de desmote. Argentina está por debajo de la media mundial en este sentido y queremos mejorar esas variables».

Fuente: Campo Litoral

Esta entrada tiene un comentario

  1. Orlando Pilatti

    Ta lindo…! y esto no es «sustitución de importaciones», ni hacer «facha» con expresiones histriónicas o demandas «sociales»… Es el último eslabón de una larga cadena de valores agregados, de trabajo y dignidad, de creación y distribución de riquezas, de mejor calidad de vida para tantos, así en la construcción como en el uso de estas máquinas, es DESARROLLO pués…! AVANTI….!!

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