Cultivos no comestibles de la huerta

Los frutos maduros y secos de estas plantas no se comen, pero son útiles en la vida cotidiana. La esponja vegetal es perfecta como exfoliante en las duchas diarias y a la hora de lavar los platos. Los zapallitos de adorno, un reemplazo colorido y duradero a las flores de corte.

Esponja vegetal, en el baño y la cocina

La esponja vegetal (Luffa aegyptiaca) es una cucurbitácea originaria de Asia tropical y subtropical. Alrededor del año 600 a C, las esponjas vegetales llegaron a China. Allí y en otros países orientales como Vietnam y Tailandia, sus frutos inmaduros se consumen como si fueran zapallitos. Al madurar, se vuelven muy fibrosos y al secarse se los utiliza como esponja o estropajo. En el siglo XVIII, los botánicos europeos conocieron esta planta en Egipto, de ahí el nombre de la especie “aegyptiaca”.

Es una enredadera anual y vigorosa. El tallo es hueco y se aferra a árboles o tutores por medio de zarcillos que emiten los nudos de cada rama. De cada nudo, además del zarcillo sale una hoja, una flor femenina, un racimo de flores masculinas y una yema vegetativa. Las hojas son triangulares de color verde medio y opacas.

La esponja en la huerta

Es un cultivo muy sencillo, que prefiere climas de templados a cálidos. La siembra puede ser directa o en almácigo. Si se opta por la siembra directa:

  • En primavera se prepara el suelo con la laya y se le incorpora compost.
  • Hacer hoyos cada 0.50 metros y sembrar 3 semillas a 2 centímetros de profundidad.
  • Los almácigos se preparan en macetas de 12 cm de diámetro. Germinarán a los 7 días.
  • Ralear dejando una o dos plantas por hoyo.
  • Si no hay un alambrado o un soporte cercano, armar un tutor con cañas o listones de madera. A medida que las plantas vayan creciendo se aferrarán a él por medio de sus zarcillos.
  • Admite el cultivo en grandes contenedores.
  • La producción de una estación, provee para tener esponjas por dos o tres años, por lo tanto, si el espacio es una limitante tanto en tierra como en macetas, no es necesario cultivarla todos los años.

La cosecha de la esponja vegetal

  • Dejar secar los frutos en la planta.
  • Cuando al tocarlos, estén muy secos y se sientan huecos y livianos, es el momento de cosecharlos.
  • Quitar la cáscara seca comprimiendo el fruto y las semillas golpeando suavemente sobre una mesa o un tablón.
  • Guardar las semillas en frascos o en sobres de papel en un lugar oscuro y seco.

Además del uso como esponja, la fibra de estos frutos se utiliza en la industria textil, como aislante y como filtro. De las semillas, se extrae por presión en frío un aceite muy fino, comparable al de oliva.

Los zapallitos más decorativos

Si durante el verano se cultivaron plantas de zapallitos ornamentales, en el otoño llega el momento de cosecharlos para armar las cestas o los arreglos secos que compensarán la falta de flores en invierno. Los hay de infinidad de colores, tamaños y formas. En los sobres de semillas comerciales, viene generalmente más de una variedad:

  • Rayados
  • Lisos
  • Rugosos
  • Redondos
  • Con forma de pera
  • Alargados

El cultivo es idéntico en exigencias a los pepinos o los zapallitos de tronco. Exposición al sol, buen suelo y riegos frecuentes desde el momento de la formación de los frutos.

Una vez que se secaron las hojas de la planta, el cabito está bien seco y el fruto colorido, es el momento de la cosecha. Para que mantengan un excelente aspecto y no se deterioren, hay que tomar algunas precauciones.

  • Limpiar los zapallitos con un trapo humedecido en una mezcla de agua con vinagre.
  • Disponerlos sobre una superficie plana, evitando el contacto entre ellos en un lugar protegido del sol y bien ventilado.
  • Girarlos con cierta frecuencia para facilitar el secado.
  • Si alguno se pudre, retirarlo.

Los hongos son los grandes enemigos de este proceso. Los zapallitos chicos tardan aproximadamente 2 meses en secarse. Cuando se escuchen las semillas provocando un sonido de maraca, ya estarán listos.

Calabacitas rajadas

Al comienzo del otoño, pueden quedar las últimas calabacitas en la planta. Si además hubo un período seco y cae una fuerte lluvia repentina, típica de esta estación, estos frutos se rajan. Cuando son daños leves, se produce una cicatrización local.

Pero si son profundos, llevan al rápido deterioro de las calabacitas que además no han alcanzado el grado óptimo de madurez. En ese caso, es aconsejable cosecharlas inmediatamente y utilizarlas en rellenos o para hacer confituras.

Dulce de calabaza

Este dulce es ideal para rellenar empanadas o tartas. En una cacerola a fuego medio/alto, colocar 1 Kg de pulpa de calabaza en trozos con 200 cc de agua y el jugo de un limón. Agregar canela, 350 gr de azúcar mascabo y la ralladura de la cáscara del limón. Cocinar durante 40– 45 minutos. Al sacar del fuego, homogeneizar la textura con un pasapuré.

Fuente: tn.com.ar

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