Cómo tener una casa más fresca

Consejos y estrategias  para que nuestro hogar nos proteja de las altas temperaturas, contando con un ambiente confortable sin gastar mucho dinero en energía.

El concepto de casa o vivienda tiene su origen en la necesidad del hombre de resguardarse de las incidencias climáticas y peligros del mundo exterior. Desde las cuevas y chozas, hasta las lujosas casas que se construyen la actualidad aparecen como respuesta a esta idea que es tan antigua como la existencia misma del ser humano. La evolución tecnológica y el desarrollo de los materiales de construcción fue clave para contar en la actualidad con espacios interiores confortables, pero las diferentes modas y la búsqueda estética en muchos casos lleva a los propietarios a optar por diseños que no son propios para la geografía que habitan y esta idea de estar mejor adentro que afuera comienza a desdibujarse.

Durante este mes se viene atravesando una intensa ola de calor en gran parte del país, los espacios provistos de aire acondicionado se presentan como oasis en medio de un calor asfixiante que no da tregua. Sin embargo los incesantes cortes de energía eléctrica, la dificultad para acceder a un equipo de refrigeración por el alto costo, o la imposibilidad de hacer frente a una abultada boleta de luz, nos hacen caer en la cuenta de una triste verdad: “Los espacios en los que vivimos y trabajamos no están preparados para prescindir del uso de energías”.

Ante esta situación la pregunta recurrente al arquitecto es: ¿cómo hacer para tener una casa más fresca? Lo ideal sería atacar el problema desde el inicio proponiendo un diseño bioclimático, es decir que el sentido y ubicación de cada ambiente, como así también la elección de los materiales, obedezca a las condiciones y características climáticas de la región donde se va a construir.

Orientaciones solares

Lo primero que se debe considerar es en qué orientación solar ubicar cada habitación, y para eso es necesario conocer mínimamente los beneficios que puede aportar cada una.

Norte: Sin duda los ambientes que se ubiquen con aberturas de frente a esta orientación serán de los más beneficiados de la casa, porque como todos sabemos el sol sale por el Este y se pone por el Oeste, pero en los meses de invierno se inclina levemente y proporciona luz solar durante todo el día a las habitaciones con ventanas al Norte, elevando la temperatura interior a través de los vidrios. Sucede lo contrario en el verano, donde el sol se reclina hacia el sur y entonces no incide de manera directa sobre los espacios y por lo tanto permanecerán más frescos.

Este: Es, sin duda, la segunda mejor orientación para áreas principales, donde contarán con buena iluminación en las mañanas y sombra después del mediodía que es el momento en que comienzan a elevarse las temperaturas.

Sur: Si bien podría considerarse como una potencial gran orientación, con buena circulación de aire y poco sol directo, en nuestra región trae más problemas que soluciones debido a las lluvias y la humedad. Es muy común tener inconvenientes de filtraciones en puertas y ventanas cada vez que precipita, y los frentes y veredas de las casas que miran al sur suelen tener defectos provocados por la humedad, visibilizados a través de muros ennegrecidos, revoques caídos o manchas de moho.

Tener en cuenta estos aspectos relacionados al sol son importantes no sólo para la ubicación de cada ambiente, sino también para la elección de los materiales a utilizar, los árboles que se van a plantar, el color de las paredes, etc.

Tips de diseño

* No ubicar grandes ventanas con vidrio al oeste para que no se eleve la temperatura por la tarde en los meses de verano. Si no se puede evitar, las mismas deberían contar con vidrio doble o de ser necesario recurrir a parasoles, postigos y vegetación que ayuden a mitigar la incidencia del sol.

* Construir muros dobles con cámara de aire mejora ampliamente la aislación siendo beneficioso no solo en verano sino también ante las bajas temperaturas. Si el presupuesto de construcción no permite hacerlo en toda la vivienda, darle prioridad a las paredes peor orientadas.

* La utilización de aleros y galerías son una herramienta de diseño más que útil para nuestra zona, no solo con el fin de cubrir a la vivienda del sol sino también para proteger las aberturas de las intensas lluvias.

* Los árboles son fundamentales para tener una casa más fresca, tener un espacio de sombra en inmediaciones de la casa, evitará el sobrecalentamiento de las paredes disminuyendo varios grados la temperatura interior.

* La aislación térmica con lana de vidrio o espuma de poliuretano entre el techo y cielorraso es clave a la hora de lograr un interior confortable. También ayuda notablemente contar con ambientes altos (porque el aire caliente tiende a subir) y pintar la cubierta con colores claros.

* Si la casa cuenta con muchas aberturas, todos los esfuerzos económicos deberán estar abocados en este rubro. De nada sirve invertir en muros dobles y aislaciones si se tiene una ventana gigante con un vidrio común. Lo ideal sería colocar una abertura DVH (doble vidriado hermético), postigos regulables y cortinas interiores.

A estas ideas se pueden sumar las terrazas verdes o techos vivos, jardines verticales, espejos de agua y todos aquellos recursos a los que nuestro bolsillo permita recurrir.

¿Y si la vivienda ya está construida?

Si no se pueden realizar grandes obras y lo que se pretende es bajar la temperatura interior la clave número uno es evitar la incidencia directa del sol en las ventanas y muros de casa. El mejor recurso para evitarlo es instalar persianas y contraventanas exteriores, cortinas blackout en el interior, parasoles, pérgolas o plantar un árboles para evitar que el sol pegue de lleno en las paredes.

Es fundamental mantener cerradas las ventanas y persianas durante las horas más calurosas, ya que así preservaremos el fresco que se crea por la noche. También es importante la elección de los tejidos a utilizar, el lino y el algodón son los más aptos. Pasaremos menos calor si los utilizamos en las camas o para cubrir sillones tapizados con telas invernales como pana, chenille o terciopelo.

Todo aquello que tenga que ver con energía eléctrica, ya sea electrodomésticos o iluminación en general, será una fuente de calor. Cuando sea posible, apaga y desenchufa totalmente computadoras, televisores y demás aparatos eléctricos.

Y, por último, un clásico que volvió para quedarse es el ventilador de techo o pie, una solución ideal para soportar el calor extremo sin un gasto de energía tan alto ni una reforma tan complicada como la que supone un aire acondicionado. Abriendo ventanas una vez que baje el sol y haciendo circular el aire se puede reducir en poco tiempo la temperatura del ambiente. En habitaciones que cuentan con aire acondicionado, se puede recurrir a un ventilador pequeño tipo turbo que colabora con la circulación de aire frio que tiende a bajar, a diferencia del ventilador de techo que lo que hace es enviar el aire caliente que se acumula en la parte superior de la habitación.

Sistemas alternativos

Si bien las construcciones predominantes a nuestro alrededor son a base de ladrillos y hormigón, estos materiales requieren trabajar muros de gran espesor para lograr la aislación térmica necesaria incrementando demasiado los costos de construcción. En la actualidad se puede observar como cada vez son más las familias que apuestan al Steel Frame, sistema constructivo en seco que ya es considerado en Argentina construcción tradicional. Entre las principales ventajas de esta forma de edificar se puede mencionar el hecho que los muros son huecos, de esta manera se puede incorporar distintos materiales aislantes, logrando en tabiques de 10 cm de espesor, la misma aislación que se lograría con 60 cm de mampostería de ladrillo.

Otra corriente que está en pleno auge es la Bioconstrucción o construcción natural, que consiste básicamente en el retorno a viejas prácticas de edificación en adobe combinado con otras tendencias más actuales como techos vivos o verdes, termotanques solares y uso de energía solar pasiva. Este tipo de viviendas resultan naturalmente aisladas, el espesor de los muros, la ausencia de cemento y la utilización de barro, las convierten en ideales a la hora de combatir altas temperaturas.

Por medio del diseño, el aprovechamiento del sol y el uso correcto de materiales es posible lograr una vivienda confortable pero que consuma poca energía. Lo cual es importante no sólo por una cuestión de ahorrar dinero, sino también con la idea de preservar los recursos que según los pronósticos de los expertos van a faltar en las próximas décadas. Una casa con la mayor independencia energética posible otorga autonomía y protege a la familia ante dificultades económicas o escases de recursos energéticos.

Fuente: www.airedesantafe.com.ar

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