El uso frecuente del alcohol en gel y los diferentes tipos de sanitizantes forman parte de nuestra rutina diaria desde hace más de un año. Sin embargo, los efectos adversos para la piel que generan son cada vez más comunes y en esta nota te contamos cómo combatirlos.
El uso constante del alcohol en gel y también de diferentes productos de desinfección para nuestros hogares está generando cada vez más efectos adversos en la piel como heridas y deshidratación, sobre todo de las manos, que se ven potenciados por las bajas temperaturas.
Así es que, si es que aún no implementaste una rutina de cuidado de manos, es una buena idea seguir el consejo de los especialistas para ver qué es conveniente hacer frente a esta situación. La médica generalista y especialista en medicina Ayurveda, Yésica García (quien también oficia de Coordinadora de Sri Sri Tattva School of Ayurveda en Latinoamérica) advierte que «luego de reiterados lavados y el constante uso de productos de limpieza, se debilita la barrera cutánea de la piel (la última capa), provocando picazón, resequedad y, en algunos casos, enrojecimientos».
Además, sostiene que es fundamental hacer todo lo posible por cuidarla, ya que «es la que cumple la función de proteger y defender la piel de la pérdida de agua y los agentes agresivos». En este sentido, sus recomendaciones para el cuidado de las manos:
- Exfoliar una vez por semana.
- Hidratar con cremas humectantes lo más a menudo posible.
- Al lavarse las manos que sea con agua tibia o fría.
- Secar las manos haciendo pequeños toques con la toalla.
- Usar jabón con un pH suave.
- Usar guantes al realizar tareas domésticas.
¿Por qué el jabón o el alcohol en gel resecan las manos?
Las glándulas sebáceas de la piel secretan una sustancia llamada sebo, compuesta por triglicéridos, escualano, ceras y ésteres de colesterol, entre otras sustancias. El sebo protege a la piel de la deshidratación, capturando el agua que se puede perder por evaporación, y protegiéndola de agresores que llegan desde el exterior. También la protege de la fricción, transporta antioxidantes, y ayuda en el proceso de la cicatrización natural de heridas, entre otras funciones
Este sebo se pierde con los sucesivos lavados, ya que el jabón es capaz de arrastrar lípidos, dejando a la piel sin su protección y permitiendo el acceso del jabón a zonas de la piel a la que normalmente no suele llegar. Y el alcohol, como buen solvente, es capaz de alterar la capa sebácea, ayudando a la deshidratación y la indefensión de la piel de las manos.
Pocos lavados o frotamientos con alcohol son fácilmente asumibles por la piel, pero a medida que aumenta la higiene de manos la síntesis de sebo no logra compensar la pérdida y se produce sequedad en las manos. El otro daño posible, muy infrecuente pero no imposible, es la dermatitis de contacto, una reacción alérgica de las manos a productos presentes en la fórmula del jabón o del higienizante de manos.
Fuente: www.airedesantafe.com.ar