El proceso de envejecimiento natural de las raíces puede deberse a una debilidad puntual genética, una menor absorción de nutrientes a través del intestino o a la falta de microcirculación en la zona de la raíz.
¿Es posible ser adultos mayores y tener una cabellera hermosa? La respuesta es: sí, tomando los recaudos necesarios y teniendo una buena alimentación.
Suele ocurrir que, con la edad, la calidad del cabello decae: se vuelve más fino y difícil de peinar, pierde brillo y fuerza. No hay de qué avergonzarse, es normal. “Es un proceso de envejecimiento natural de las raíces del cabello”, explicó en diálogo con DPA el especialista en medicina capilar Andreas Finner.
A veces, ese proceso está pautado por una debilidad puntual genética, a lo que se suma una menor absorción de nutrientes a través del intestino y la falta de microcirculación en la zona de la raíz. De todos modos, aunque existan motivos que expliquen el debilitamiento de la cabellera, ¡qué maravilloso sería poder influir para bien en ese proceso!
El primer paso es acudir a un médico especializado en tratamiento capilar. Muchos ofrecen turnos de consulta para evaluar las falencias, los motivos que derivan en un cabello de aspecto poco saludable o incluso en la caída del mismo.
Puede que el cabello esté muy finito por motivos hormonales, como puede ser una disfunción de la glándula tiroides. El estrés y la falta de vitaminas también impactan negativamente en la calidad del pelo. En esos casos, incorporar momentos de relax y de alimentación balanceada pueden generar buenos resultados. “A nivel alimenticio, los productos que tienen nutrientes beneficiosos para el cabello son las nueces y los productos integrales”, dijo el dermatólogo Finner.
También son importantes el zinc, la vitamina D y la biotina. El zinc está en la leche, el yogur, el queso y la carne; la vitamina D en pescados grasos como la caballa, el salmón y el arenque; el hígado, la yema del huevo y la levadura contienen biotina. “Si el cabello está muy dañado y se quiebra, puede ayudar consumir adicionalmente cápsulas de levadura medicinal, cistina, un aminoácido, y vitaminas B”, precisó Finner.
Pero fuera de ese tipo de añadidos, es bueno saber que el cabello también puede mejorar cambiando algunos hábitos. El peluquero Antonio Weinitschke recomendó por ejemplo beber mucha agua. El motivo: cuando al cuerpo le falta líquido, las células de la piel y del cuero cabelludo se secan, y eso lleva a que las raíces del cabello no tengan la humectación suficiente.
Con el paso de los años, el cuero cabelludo no genera suficiente material sebáceo, y eso también hace que el cabello esté más seco, con lo cual se vuelve más importante aún elegir los productos de cuidado adecuados para cada caso. Para eso, Weinitschke sugirió usar un shampoo suave y enjuagar con agua más bien fría. Acto seguido pueden aplicarse enjuagues o baños específicos para cabellos secos y aportar de ese modo la humectación y fuerza necesarias.
Pero atención: es importante no aplicar demasiados productos al cabello fino. “A veces puede verse más esponjoso al lavarlo con más frecuencia con un shampoo para cabellos finos de menor contenido de tratamiento”, indicó el especialista. Puede que hacer una permanente ayude a dar volumen. Lo importante es que esté bien hecha de acuerdo al tipo de cabello individual.
Los sprays, que suelen aportar brillo, no le hacen ningún daño al cabello. En cambio, sí es mejor evitar el cepillado agresivo, el secado con demasiada temperatura y el cardado, que lo puede dañar aún más. La tintura no es un problema. Por el contrario, el color suele aportar brillo y protegerlo de la radiación solar.
Lo que sí suele ser un gran problema para muchas mujeres de edad es la caída de cabello. Los especialistas dicen que es normal perder hasta unas 60 unidades por día. El inconveniente está en que en muchos casos son más o no se reponen con el crecimiento desde esos mismos folículos.
“La caída puede ser un efecto secundario de alguna medicación”, apuntó Weinitschke. Las afectados deberían consultar a su médico y eventualmente cambiar la medicación en caso posible, teniendo en cuenta que la caída puede ir acompañada de ciertas enfermedades de la piel como la psoriasis o infecciones.
“También existen tinturas que pueden ser aplicadas directamente sobre el cuero cabelludo y promueven el crecimiento”, dijo Finner. Y aquellos casos que presenten varias zonas de la cabeza con muy poca densidad pueden consultar a los especialistas, que pueden llegar a ofrecer una solución. “Otra opción es recurrir al cabello sintético, que está hecho de fibras muy pequeñas de color”, agregó el especialista. Es una solución simple para mejorar el aspecto desde lo visual.
Existe además la posibilidad de realizarse un implante tomando como zona donante otra parte más poblada de la cabeza. Ese tipo de intervenciones consiste en tomar folículos de la zona posterior y trasladarlos a las zonas con mayores faltantes. “Si bien los implantes no generarán una recuperación total de la densidad en la zona, los pacientes que lo hacen suelen estar muy agradecidos cuando se ven con algo más de volumen”, confesó Finner.
Los cambios hormonales de la menopausia pueden ser otro factor de impacto. Sin embargo, “hacer una terapia hormonal con estrógeno no es recomendable en líneas generales”, opinó el dermatólogo. Los fitoestrógenos tampoco suelen aportar demasiado para solucionar estos temas. Se dice que las cápsulas de fitoestrógenos de soja o de derivados de la soja o que el isoflavone de trébol rojo mejora el estado y el aspecto del cabello, pero, según Finner, no existen por el momento estudios científicos que demuestren los beneficios de este tipo de productos.
Fuente: tn.com.ar