Cómo cuidar los ojos del sol

Todos utilizamos protector solar para proteger la piel durante los meses más cálidos, pero tampoco debemos olvidar de proteger también los ojos.

El verano supone pasar más tiempo al aire libre, y los estudios muestran que la exposición a la luz del sol puede, además, aumentar del riesgo de cáncer de piel, el de daño a los ojos UV-relacionada, que incluye cataratas, la degeneración macular relacionada con la edad  y lesiones de la superficie ocular de tipo degenerativas, como el pterigion (crecimiento anormal por inflamación de tejido de la conjuntiva, que tiende a dirigirse desde la parte blanca del ojo hacia el tejido de la córnea (superficie anterior y transparente del ojo). Se inflama por falta de lubricación, por exposición solar, el viento u otros agentes irritantes.
En general, el nivel de radiación guarda relación con la intensidad del brillo de la luz y es mayor al reflejarse en la arena, en paredes, en cemento, en el agua o en la nieve.
Las lesiones en el ojo, como el pterigion, pueden aparecer a cualquier edad en  personas que pasan largas horas bajo el sol del mediodía o en las condiciones de UV-intensos cerca de ríos, océanos y montañas; especialmente pescadores, agricultores, esquiadores, surfistas, entre otros.
El daño por los rayos UV es acumulativo y expone al ojo humano a un estrés oxidativo constante. Personas de todas las edades deben tomar precauciones cuando están al aire libre. Es importante comenzar a usar protección para los ojos a una edad temprana para resguardarlos de los años de la exposición ultravioleta.
El daño solar en los ojos puede ocurrir en cualquier momento durante el año, así que hay que asegurarse de llevar gafas de sol, que bloquean los rayos UV y sombreros de ala ancha cuando se está al aire libre, sobre todo en estas circunstancias:

  • Durante el verano, cuando el nivel de la radiación ultravioleta (UVA y UVB) es al menos tres veces mayor que durante el invierno.
    • En la playa, río o pileta.
    • Al realizar deportes de invierno, especialmente, a altas altitudes (esquiadores).
    • En días nublados, ya que los rayos del sol pueden atravesar nubes y neblina.
    • Nunca mirar directamente al sol, dado que puede conducir a la retinopatía solar, que es el daño a la retina del ojo por la radiación solar.
    • Usar anteojos de sol con etiqueta «protección UV 100%»: utilizar sólo gafas que bloqueen los rayos UV-A y UV-B y que están etiquetados.

Elegir anteojos con estilos envolventes para que los rayos sol no puedan entrar por el costado.
Los estudios también han demostrado que la exposición a la radiación ultravioleta (UV) durante el bronceado artificial, “camas de bronceado”, puede causar daño a los ojos. Hay que asegurarse de proteger los ojos de la luz UV durante su uso.
Consejos:


Anteojos de sol con «protección UV 100%», ¡siempre!
Para protegerse de los efectos de la radiación UVA y UVB es fundamental el uso de anteojos de sol, contrariamente a lo que se cree, no es importante el color del lente, sino que tenga la protección adecuada contra los rayos UV. No hay una relación directa entre el tono del cristal y el grado de protección, es decir, no significa que cuanto más oscuro sea el vidrio más nos protegerá de los riesgos del sol. Existen anteojos transparentes que tienen filtros ultravioletas. Por ello es importante comprar los anteojos en ópticas reconocidas, en donde esté garantizado que el lente tiene filtro, o en donde uno pueda averiguar con un profesional si verdaderamente lo tiene. Preferentemente su formato debe ser envolvente cubriendo toda el área de los ojos. Utilizarlas también en los días nublados.


Protección dentro del agua
Para evitar la irritación de los ojos al nadar o al practicar deportes en la pileta o en la playa es necesario el uso de lentes de agua o antiparras protectoras, algunas pueden incluso tener el aumento que la persona necesita.


Evitando las conjuntivitis estacionales
En verano los casos por infecciones virales de conjuntivitis aumentan hasta un 20%. Cada dos o tres años se producen brotes que deberíamos prevenir desde la concientización y la higiene.
Las altas temperaturas invitan a refrescarse pero el agua clorada de las piletas y el ambiente colmado de gente en la playa aumentan los riegos de contraer esta infección tan molesta. Evitemos arruinarnos las vacaciones cuidando la higiene del área ocular Evitemos  compartir las toallas y refregarnos los ojos con las manos sucias, lavemos nuestra cara con agua y jabón al salir de la pileta, el uso de lágrimas artificiales puede ser nuestro aliado para mantener nuestros ojos lubricados.


Ojo con las lentes de contacto
Si se usan lentes de contacto, habrá que sacarlos antes de entrar a la pileta porque los microorganismos podrían adherirse, crecer allí y producir una infección en la córnea. Tampoco es conveniente usarlas en el mar, el viento, la arena y el sol son una mala combinación para los usuarios de lentes de contacto, es preferible usar anteojos de sol con nuestra graduación para estar más tranquilos.


¡Cuidemos a los más pequeños!
Los niños suelen pasar más tiempo al aire libre en vacaciones y, por tanto, están más expuestos a sufrir afecciones en sus ojos. Por eso, hay que evitar la exposición en las horas de máxima intensidad, así como ponerles gorros o sombreros y usar lentes de sol con filtro UV a partir de los 5 ó 6 años


No abusemos del aire acondicionado
El uso prolongado de sistemas de climatización induce al llamado ´síndrome del ojo seco´, que provoca visión borrosa, picazón o sensación de quemazón.
Descansemos también las pantallas
Solemos pasar largas horas delante de las pantallas de la PC, smartphones, tablets o la TV, esto puede originar fatiga o molestias oculares. Por eso, es importante darle unas vacaciones también a nuestros ojos y reducir las horas de exposición para dedicarnos a otro tipo de actividades recreativas.


Alimentarse de forma correcta
Incorporar en la dieta productos ricos en vitaminas A, E, C y antioxidantes como las zanahorias, las verduras de hojas verdes o frutas como las cerezas, las naranjas y las fresas. Los ácidos grasos Omega-3 también pueden ayudar a protegernos del síndrome del ojo seco.


Revisar periódicamente la vista
Acudir una vez al año, como mínimo, a una revisión oftalmológica para evaluar el estado de salud de los ojos si tienes algún defecto visual.

Fuente: Diario Todo Salud

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