Claves para cuidar la piel con los cambios de tiempo

Las variaciones en el clima pueden afectar el cutis. Cuál es la mejor rutina para cada tipo de tez.

Ya llegó ese momento del año en el que el tiempo da muestras de haberse vuelto loco. Pasan unos días de calor intenso seguidos de otros con lluvias y hasta jornadas frescas más otoñales. Ahí, es cuando no sabemos qué ponernos, tanto para la vestimenta como para cuidar la piel.

En esos cambios de tiempo, la piel experimenta momentos de mayor grasitud y otros de sequedad, en consonancia con las variaciones climáticas. Es por eso que lo más importante es mantener, más que de costumbre, los cuidados dermatológicos y nuestras rutinas de belleza.

En los días de calor húmedo, la sensación que tenemos es que la piel se engrasa más y que tiene un aspecto desagradable, por eso sentimos la necesidad de lavar el rostro más seguido. No es ésa la solución.

Para esos días de mayor humedad, lo recomendable es lavarse la cara con productos neutros y usar la menor cantidad de cosméticos posible. Si sentimos el rostro muy pegajoso, es mejor salir sólo con el protector solar. Si un día no empleamos hidratante o humectante no le va a pasar nada a la piel y podemos evitar tapar los poros.

Las rutinas, según el tipo de piel

De este modo, para una piel seca se debe aumentar el nivel de hidratación utilizando suero, cremas y protector solar, éste siempre el último que se aplica, sólo a la mañana. “El resto de las aplicaciones puede hacerse tanto de noche como de día porque las pieles secas absorben todo, no tienen problema”, precisa la dermatóloga.

En pieles grasas, se recomienda manejarse únicamente con sueros, evitar los productos que tengan consistencia cremosa y elegir siempre aquéllos que sean del tipo emulsión, con más contenido de agua que de grasa. En cuanto a la rutina, es la misma indicación que con las secas: limpiar la cara a la mañana y a la noche y luego aplicar los ítems correspondientes.

A veces, las personas con pieles grasas tienen indicado algún otro producto por parte del especialista en dermatología para tratar la grasitud o el acné. En este caso, es prudente consultar siempre todas las indicaciones sobre el momento de usarlo para que resulte eficaz y la rutina de belleza no sea contraproducente.

En las pieles mixtas, dependerá de cada caso. Si se tiene tendencia a la sequedad, se pueden usar algunos productos más grasos, pero si se presenta tendencia a la seborreica se respetan las mismas indicaciones que para las pieles grasas, es decir, evitar todos aquellos productos que tengan un contenido alto de lípidos.

Marzo, el mes de los tratamientos postergados

A partir de marzo se pueden comenzar a llevar a cabo tratamientos estéticos que pueden ser un poco más invasivos como el peeling facial, los láseres, la radiofrecuencia fraccionada o cualquier otro que irrite la piel.

Ya para esta altura del verano, el sol empieza a disminuir su intensidad y se reduce el contacto continuo con agua salada o de pileta. Eso permite retomar este tipo de tratamientos estéticos. Eso sí, siempre y cuando no nos expongamos demasiado a la luz solar.

La incidencia de los rayos ultravioletas en la piel podría hacer que el resultado de estos procedimientos se altere o incluso provoque reacciones adversas. Claro está que, quien no continúe tomando sol durante lo que queda del verano, es libre de realizar cualquiera de estos tratamientos sin temor a que produzcan efectos no deseados.

Fuente: tn.com.ar

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