Beneficios, propiedades y mitos sobre la sal del Himalaya

Durante las últimas décadas, la sal del Himalaya se ha convertido en un boom de la cocina mundial, tanto por su sabor como por sus propiedades.

En los últimos años, la sal del Himalaya ha ido ganando popularidad no solo por su particular color rosado, sino también por sus supuestos beneficios que aporta a la salud.

Actualmente, la sal del Himalaya es un producto que abunda en las dietéticas y supermercados de todo el mundo. Su uso se ha vuelto indispensable en la elaboración de comidas gourmet y cada vez más gente esta dispuesta a pagar un alto precio por obtenerla. Su incorporación a la cocina resulta interesante por el atractivo color y, además, aporta un sabor diferente.

Se trata de una sal sin refinar, más natural que las que suelen comercializarse. Si bien se ha oído hablar de que esta sal proviene de la cordillera del continente asiático, lo cierto es que se obtiene de la mina Khewra Salt en la zona montañosa del valle de Punjab, en Pakistán.

En cuanto a su composición hay que aclarar que, a diferencia de la sal común, formada por un 98% de cloruro de sodio, la sal del Himalaya posee una gran variedad de minerales esenciales tales como potasio, magnesio, hierro, azufre, flúor y calcio. Sin embargo, estos se encuentran en cantidades tan pequeñas que sus beneficios para el buen funcionamiento del organismo serían nulos.

Ahora bien, el precio de la sal rosada radica en que posee menor proporción de sodio que la sal común. De acuerdo a un estudio del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, mientras en un cuarto de cucharadita de sal de mesa hay 581 mg de cloruro sodio, en la misma cantidad, la sal de color rosa sólo cuenta con 388 mg.

Respecto a sus propiedades medicinales y curativas que se le atribuyen, no hay evidencia científica que avale que esta la hipótesis de que esta sal ayude a combatir los problemas respiratorios. Al igual que sus usos en la cosmética como las sales de baño en los spas.

Fuente: la100.cienradios.com

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