Beneficios del incienso: qué nos puede aportar a nuestro cuerpo y mente

Esta planta de hojas verdes y blancas es excelente para armonizar la casa y tratar diversos problemas.

El incienso es una planta milenaria muy usada en China, Egipto, India, Grecia y países árabes. Ya sea como sahumerio, en formato de pequeños carbones o bien sólo las hojas se volvió muy famosa también en occidente.

Es considerada una ofrenda sagrada, por eso se utilizaba para quemar en los ritos y las peticiones que realizaban las tribus Celtas. Y en la religión católica también es todo un símbolo ya que fue uno de los regalos que los Reyes Magos le llevaron al niño Jesús en su nacimiento.

Es que a la par de ofrecer su aroma característico armoniza el hogar. Sahumar las habitaciones de tu casa propiciará a que se renueve la energía, se vaya afuera las malas vibraciones y las discusiones. Por eso está considerada una planta talismán.

Pero además de sus efectos energéticos, también brinda numerosos beneficios para el cuerpo y para la mente.

Por sus componentes antiinflamatorios, colabora en mejorar el flujo sanguíneo así como también la circulación. El incienso también favorece la cicatrización de heridas y al ser un potente antibacteriano previene infecciones. Por eso es ideal para ayudar a curar granitos en los adolescentes.

Su perfume ayuda a combatir enfermedades respiratorias como el asma, la sinusitis, la bronquitis, los resfriados y las alergias. Sólo se necesita hacer vahos todos los días. Colocás en una olla una pequeña cantidad de hojas de la planta en agua hirviendo y en poco tiempo verás cómo se te descongestionan las vías respiratorias.

Y por si fuera poco, es un poderoso afrodisíaco ya que activa el hipotálamo, que es el responsable de despertar el deseo sexual, aumenta la producción de testosterona y el flujo sanguíneo a los órganos sexuales.

Para la mente

Además, esta planta de hojas verdes y bordes blancos relaja el sistema nervioso, permite reducir la ansiedad, bajar el nivel de estrés y ayuda a conciliar el sueño.

Si soles meditar, la fragancia del incienso es muy buena para conseguir un clima propicio para la práctica. Con unas gotas de aceite esencial en el hornito bastarán para aromatizar. Y si a eso le sumás una iluminación tenue y aislarte de los sonidos ambientales, logras un combo perfecto para conectarse con tu interior.

También ayuda a sobrellevar los cuadros de bajones de estados de ánimo, a aliviar la tristeza, a reactivar el buen ánimo y el bienestar emocional.

Fuente: tn.com.ar

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