Las bebidas energéticas o hipertónicas son bebidas sin alcohol, que contienen sustancias estimulantes, y que evitan o disminuyen la fatiga y el agotamiento, además de aumentar la habilidad mental y proporcionar un incremento de la resistencia física.
“Debido a su efecto vigorizante, se emplean en aquellas actividades en las que se necesita descarga de adrenalina o se requiere concentración, esto es, para practicar deporte o para estudiar. En cualquier caso, el riesgo de este tipo de refrescos se encuentra en los efectos secundarios, fundamentalmente derivados de un consumo excesivo”, detalla Gabriela Fedriani, médica especialista en Medicina Deportiva del Centro Ravenna.
Están compuestas principalmente por cafeína, varias vitaminas, carbohidratos y otras sustancias naturales orgánicas como la taurina, que eliminan la sensación de agotamiento de la persona que las consume. La presencia de carbohidratos, cafeína, vitaminas, carnitina, hacen que supuestamente las bebidas sean regeneradoras o energizantes. “Tenemos que diferenciar los refrescos energéticos comerciales de los destinados a deportistas, es decir, aquellos específicamente diseñados para la práctica deportiva: las bebidas isotónicas. Estas están exentas de gas, no suelen superar los 200 ml y ayudan a recuperar las sales minerales después de haber realizado una actividad física intensa. Las bebidas isotónicas se componen de agua, azúcares o edulcorantes, sales minerales, y, a diferencia de las energéticas, no incluyen ningún tipo de estimulante. Su pretensión única es recomponer las sustancias perdidas tras la actividad.
Una bebida energética hecha en casa
Para Gabriela Fedrani, pueden fabricarse de forma “casera” a base de agua, azúcar, sal o jugo de frutas. Las bebidas isotónicas se recomiendan principalmente para actividades de mayor de una hora de duración y en los días de mucho calor, donde por la transpiración de pierde mucha agua y electrolitos.
“Debido a que nuestro cuerpo necesita carbohidratos, y otras sustancias naturales, las frutas y líquidos son excelentes opciones que podemos tener en cuenta, como por ejemplo banana, naranja, jengibre, apio, miel, zanahoria, bicarbonato, sal. Nunca puede faltar fruta fresca en la heladera. Yo recomiendo combinar los cítricos y por supuesto, tener una licuadora en casa facilita todo lo que quieras licuar. Es indispensable tener muchas ganas por lo natural”, explica Antonio Tarazona Pacheco, chef de Dolce.
Fuente: www.lanacion.com.ar