A raíz de un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019, donde Argentina se ubicó en el puesto 20 de los países más sedentarios. En concordancia, otro estudio llevado a cabo por FIC Argentina y UNICEF, afirma que el 50% de los adolescentes pertenecen a este grupo. El tema comenzó a tomar mayor importancia durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19, donde la mayoría de la población se vio obligada a permanecer en sus hogares.
Esta problemática debe ser tomada en serio porque afecta a la salud pública, aumentando la probabilidad de sufrir enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT). Algunas de ellas son: diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la enfermedad renal.
Las ECNT constituyen un problema de salud en las sociedades actuales y representan el 60% de las muertes a nivel mundial. Esta situación puede comenzar a revertirse si se evita el sedentarismo predominante en nuestra sociedad, facilitado por el aumento de la mecanización en los lugares de trabajo, facilidad en la transportación, y la diversión basada en permanecer horas delante de la pantalla de una computadora o un televisor.
La inactividad física o sedentarismo ha sido estudiada en los últimos años como causa presumiblemente determinante de un gran número de enfermedades. La evidencia sobre sus efectos perjudiciales para la salud se apoya en multitud de estudios epidemiológicos observacionales y experimentales. Parece que el número de horas sentado presenta una asociación con mayor riesgo de mortalidad, y que el mayor riesgo lo presentan los sujetos que simultáneamente realizan menos actividad física y adoptan una conducta sedentaria.
Actividad y prevención
Una forma de prevenir las ECNT es realizando actividad física con regularidad, pero no todas las personas tienen el tiempo o la predisposición para realizar ejercicios de alto impacto. Por eso hay diversas propuestas que se pueden ajustar a lo que uno busca, sin dejar de moverse. Una de ellas es el Yoga, que constituye un entrenamiento para el cuerpo y la mente, disponiendo ser un gran aliado para reducir el estrés y la ansiedad, mejorando las funciones autonómicas del cuerpo y facilitar un equilibrio neurohormonal por la disminución de la actividad simpática.
El cuerpo humano está formado por células que precisan oxígeno para su normal funcionamiento. La respiración yóguica se caracteriza por ser una respiración profunda y lenta que incrementa aún más el intercambio de gases pulmonares, lo que se traduce en un mayor aporte de oxígeno a todos los tejidos corporales. Esta mayor disponibilidad de oxígeno, a nivel local, en los tejidos es muy útil para disminuir los niveles de estrés fisiológico generados por la actividad del día a día.
Esta práctica crea un sistema de bienestar y logra un rol en regulación y funciones, activando las respuestas parasimpáticas a través de la estimulación del nervio vago, hace que el yoga mejora el estado de ánimo y disminuye las respuestas negativas de tipo neuroendocrina e inflamatoria.
“El yoga es una actividad que ayuda a retomar un estilo de vida dinámico, y a su vez, reduce el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles, manteniendo un equilibrio físico y espiritual. Promover y facilitar los estilos de vida dinámicos crea una conexión con nuestro cuerpo a partir de herramientas que facilita la práctica y motiva a incrementar las capacidades mentales y físicas, evitando excusas como la falta de tiempo y las afecciones físicas para caer en el sedentarismo”, comenta Nora Maas, directora de Maas Yoga
Ahora bien, se ha comprobado que las posturas o asanas de yoga traen múltiples beneficios en general, como ser
- Las posturas son anatómicamente aprovechables al máximo por el cuerpo, son correctoras del desbalance de los hemicuerpos, tanto en la acción motora como en la columna vertebral.
- Las posturas estáticas son isométricas, estiran al músculo, le dan además fuerza, y ajustan la alineación corporal.
- Liberan las articulaciones y ensanchan la caja torácica, por lo que es la columna vertebral una de las más beneficiadas, así que se ha planteado que la edad corporal puede ser medida por la flexibilidad de esta.
Enfermedades no transmisibles y yoga:
Diabetes: es un trastorno metabólico que se desarrolla gradualmente y afecta a casi todos los sistemas corporales. Los ejercicios de yoga mejoran la agilidad física y la fuerza, mientras que los ejercicios de respiración (Pranayama) promueven el bienestar mental. Cuando se practica adecuadamente y bajo la supervisión de un maestro experimentado, el yoga puede ayudar a realizar cambios bioquímicos en el cuerpo, mejorar los niveles hormonales, reducir el estrés, aumentar el índice metabólico, inculcar la disciplina, todo lo que conduce a mejores resultados con diabetes.
Enfermedades Cardiovasculares: realizar ejercicios de yoga con instructores capacitados puede disminuir la presión arterial y los niveles de colesterol “malo” (LDL), además de mejorar la función respiratoria y colaborar en el descenso de peso en las personas obesas.
Enfermedades respiratorias: Los ejercicios respiratorios, incluidos aquellos asociados con el yoga, tienen como objetivo alterar el reclutamiento muscular respiratorio, mejorar el rendimiento muscular respiratorio y reducir la disnea en personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Esta revisión evalúa si los ejercicios son beneficiosos para personas con EPOC, al compararlos con ningún ejercicio y evaluando también otros efectos adversos.