Hay muchas razones por las cuales los perros buscan mirar a sus tutores a los ojos. La mirada es una de las formas que tienen para comunicarse, pero no siempre significa lo mismo.
Entender a tu perro es casi una obligación sabiendo que es parte de nuestra familia multiespecie y que sus gestos plantean la raíz de su vínculo y sus necesidades.
Si nos detenemos a observar su cuerpo más que sus expresiones verbales, el comportamiento de los perros no será difícil de entender.
La mirada es un elemento muy importante en la conducta global de un perro y a través de ella podemos descifrar muchas pautas de su comportamiento. La mirada sostenida de un perro arroja múltiples interpretaciones que intentaremos revelar.
Frecuentemente nuestros perros nos observan fijo y puede haber muchas razones y causas que los lleven a sostener la mirada.
Los perros utilizan el lenguaje corporal más frecuentemente que el sonoro para comunicar muchas cosas y por ello, es fundamental conocer el significado de sus miradas. Las razones son múltiples y los matices sutiles determinan el significado de esa mirada sostenida.
En primera instancia, nuestro perro nos mirará fijamente porque quiere pedir algo que habitualmente puede ser un juguete, comida, paseo o mimos. Un claro ejemplo es que si al llegar a casa nuestro perro nos mira fijamente seguramente quiera cumplir con el rito transformado en rutina y hábito de salir a la calle a dar un paseo para caminar y hacer sus necesidades.
Por otra parte, los perros sostienen la mirada durante su tiempo de aprendizaje, manifestando atención a las órdenes que se le imparte. Esto es un claro signo de entrega e inteligencia aplicada.
El perro se concentra para conocer en detalle y correctamente la señal que le damos en el entrenamiento y por ello mira muy fija y atentamente, demostrando un nivel de concentración absoluto. Estos niveles de atención y concentración suceden en el perro y en muy pocos animales.
También, y esto es más que importante, frente a un perro desconocido la mirada sostenida puede significar desafío o amenaza y hacer referencia a una postura agresiva, sobre todo si va acompañada de gruñidos, pelos erizados o muestra de dientes.
Paradójicamente, existen un sin número de perros que evitan nuestra mirada. Esta conducta puede ser un signo de problemas de conducta social, representando miedo o inseguridad, circunstancia que amerita la consulta con el especialista en conducta de nuestra confianza.
Tener un vínculo sano con nuestros animales de compañía tendrá múltiples beneficios. Se sabe a ciencia cierta que estar en contacto con perros y gatos reduce los niveles de estrés y acompaña al organismo con respuestas positivas generadoras de sustancias benéficas. Lo que no se sabía hasta ahora es cuánto tiempo de contacto es necesario para lograr esos efectos y bajar los niveles de ansiedad y el estrés.
Las investigaciones más recientes y serias afirman que tan solo diez minutos de relación cualitativamente satisfactoria e intensa con nuestros animales de compañía (juegos, caricias, etc.) generan un impacto significativo en el organismo de las personas.
En el trabajo científico de investigación los estudiantes voluntarios que participaron de la investigación prestándose al estudio e interactuando con gatos y perros lograron una reducción significativa del cortisol, la hormona marcadora del estrés.
Debido al estrés de los estudiantes producto del ritmo intenso de las clases, los trabajos a presentar y el período de las fechas de exámenes, muchas universidades estadounidenses han instaurado programas denominados Pet Your Stress Away, (“Con mascotas quítese el stress”) donde los estudiantes pueden interactuar con gatos y/o perros para ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad.
Tras el estudio se demostró que, al tomar varias muestras de cortisol a cada participante se descubrió que solo los estudiantes que interactuaron directamente con las mascotas mostraron significativamente menos cortisol después de esa intervención.
La conclusión, además de ratificar el rol benéfico de los animales en la salud humana, pautó que diez minutos es tiempo necesario y suficiente para comenzar a lograr esos efectos.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
Fuente: www.infobae.com