Casi todos los perros comen pasto alguna vez y algunos perros lo comen todo el tiempo. Podríamos suponer que para este momento la ciencia sabría por qué lo hacen, pero no es así, principalmente porque nadie ha sabido hacerles a los perros dos preguntas importantes: “¿Les gusta el sabor?” y “Si es tan rico, ¿por qué lo vomitan?”
Aunque hiciéramos estas preguntas los perros no las responderían y la evidencia científica objetiva aún no es clara. Nuestros canes exploran sus mundos con sus narices y bocas y ahí está el pasto, atractivo, fragante y de una textura atrayente; además está muy accesible, en el suelo, así que ¿por qué no comerlo?
Los perros son sorprendentemente flexibles en sus gustos. Son capaces de comer rápidamente un plato de alimento seco y después van a ir hasta el recipiente para ver si quedó algo bueno allí. Si todavía siguen con hambre, inspeccionarán el plato de comida del gato. Básicamente comerán, o al menos probarán, cualquier cosa que tengan por delante. Existe una buena razón sobre la presencia de sus gustos tan eclécticos y variados.
A diferencia de los gatos, que evolucionaron solamente como cazadores, los perros antiguamente sobrevivían rescatando su alimento entre la basura. Cuando no podían cazar presas vivas, lo cual ocurría frecuentemente, comían carroña.
No les importaba si había estado al sol durante una semana o si estaba semienterrado debajo de hojas viejas. Era comida y no era para despreciar. Cuando la carne no figuraba en el menú, buscaban tiernos tallos o raíces, o un hueso viejo y pulido. Simplemente no eran muy selectivos y los perros de hoy tampoco lo son. Están predispuestos, la mayoría de ellos, a degustar casi todo. En ese todo el pasto aparece como un favorito con causas muy especiales.
Si bien no es particularmente agradable cuando un perro vomita pasto sobre la alfombra de su sala de estar, tampoco significa que esté demasiado enfermo. Una vez que se deshace del pasto y lo que está irritándole el estómago, es probable que pronto comience a sentirse mejor.
No es tan raro como suena. El pasto era parte de la dieta normal de sus ancestros. Los perros son omnívoros, lo que significa que comen carne así como también plantas.
Ya no necesitan los nutrientes que contiene el pasto porque la mayoría de los productos comercialmente preparados para perros son nutritivamente completos, pero los perros no son nutricionistas. No saben ni les importa que ya hayan recibido su cuota de vitaminas y minerales dentro de su comida preparada. Sus instintos les dicen que el pasto es bueno, así y por eso lo comen.
Por otra parte, hay un mundo de diferencia entre satisfacer los requerimientos mínimos de la nutrición y una gran comida. También para muchos perros, es evidente que un bocado de pasto es delicioso. Es algo así como una ensalada, comen un poco, quieren más.
Aún los perros que no comen pasto, lo harán cuando no se sientan bien. Devorarán unos bocados, tendrán arcadas, y luego vomitarán, o al menos intentarán hacerlo.
La ciencia aún no está segura si los perros comen pasto porque tienen el estómago revuelto o si tienen el estómago revuelto porque comen pasto. Es probable que el pasto contenga algo que estimula el impulso del vómito.
El estómago tiene todo tipo de neuro-receptores que responden a lo que ingieren los perros reaccionan a la acidez, al contenido químico y a las texturas. La textura del pasto tiene algo como un efecto de cosquilleo sobre el estómago, lo cual induce al vómito.
Este cosquilleo en el estómago puede explicar por qué los perros sanos pueden comer pasto sin vomitar. Toman un bocado, lo mastican bien y tragan, y después toman otro bocado. Por otro lado, aquellos perros que no se sienten bien, parecen desesperarse por el pasto. No lo mastican cuidadosamente ni saborean el gusto. Lo devoran.
Sin la masticación, esos pequeños tallos espinosos caen al estómago de un solo golpe. Esto puede ser lo que provoca el estímulo para devolverlo todo, incluido lo que les irritaba el estómago en primera instancia. Comer pasto es lo que funciona y una vez que los perros encuentran algo que funciona, se quedan con ello.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
Fuente: www.infobae.com