Pese a que muchas personas las eligen como sustituto de la carne y por su aparentemente bajo contenido calórico, existen otros factores que debemos tener en cuenta.
Uno de los beneficios principales de la milanesa de soja, según se cree, es que no cuenta con más de 100 calorías, por lo que es ideal para los que hacen dieta y cuidan su cuerpo. Esta cantidad es un porcentaje muy bajo, contrario a la milanesa de carne vacuna que puede estar rondando las 300 calorías. Por otro lado la carne vacuna tiende a desprender grasa, cosa que las milanesas de soja no.
Por otro lado la milanesa de soja es rica en fibra y proteínas a la vez que bajas en grasa, colesterol y sodio. Y para los vegetarianos y veganos, es un alimento ideal para sustituir la carne animal. Ahora bien, más allá de los innumerables beneficios como ayudar a controlar el colesterol, no tener lactosa, contener grasas buenas, entre otros; no es ajeno a tener contras.
¿Cuáles son? Una de ellas refuta el hecho de que no engordan, ya que la milanesa de soja está preparada con harina de soja, se mezcla con otros cereales y además, está rebozada, lo que indicaría que hay que consumirla con moderación.
Además, el bebible de soja no sustituye a la leche. No se recomiendan en chicos de menos de 5 años porque el alto contenido de azúcar puede causar caries.
Pero, ¿qué sucede con la soja transgénica?: si bien gran parte de la soja transgénica producida en la Argentina se exporta hacia países donde se la utiliza para alimentar ganado vacuno, porcino y avícola, una parte importante de productos transgénicos se están consumiendo masivamente en nuestro país a través de distintos alimentos que se exponen “camuflados”.
Los alimentos de alta rotación que se exhiben normalmente en las góndolas de los supermercados contienen transgénicos como la lecitina de soja, presente en galletitas, yogures, postres, alfajores, budines, margarina, mayonesas, chocolates, papas fritas, jugos, helados, postres, arroz pre preparado, pastas rellenas, milanesas de soja, etc.
Sumado a esto, cabe destacar que gran parte de la soja modificada genéticamente de la cual provienen estos alimentos tiene los más altos índices de contaminación por pesticidas, ya que son cada vez más resistentes a los agroquímicos.
Fuente: www.airedesantafe.com.ar