Un neurólogo explica cómo puede influir la alimentación en este tipo de padecimiento.
La migraña se caracteriza por episodios de dolor de intensidad variable y puede llegar a ser muy intensa y limitante. Nicolás Morera (M.N. 119.541), médico neurólogo del Hospital de Clínicas José de San Martín y del Hospital Británico, le dijo a Con Bienestar: “El dolor, generalmente, se inicia en uno u otro lado de la cabeza (hemicraneal) y se extiende a toda la cabeza. Suele ser pulsátil, como el latido del corazón, y puede ir acompañado de náuseas, vómitos, fotofobia, fonofóbia y/o osmofóbia (molestia de los olores). El dolor empeora con la actividad física, los movimientos de la cabeza y mejora con el reposo. Puede ser desencadenada por períodos de estrés. De hecho, aumentaron los episodios durante la pandemia”.
Las alteraciones del ritmo de sueño (dormir más o menos de lo habitual), la menstruación, los cambios climáticos, el ayuno o algunos alimentos predisponen al dolor. “Por esto siempre recomiendo dormir todas las noches la misma cantidad de horas (ideal entre siete y ocho horas), hacer ejercicio aeróbico todos los días, comer cada tres horas y tomar la mínima cantidad de analgésicos posible”, aclaró el especialista.
Cuidado con el aura
En dos de cada 10 casos, se distingue la migraña con aura. El dolor está precedido por síntomas visuales, sensitivos, alteraciones del lenguaje o motoras que son muy molestos para el paciente. “Este síntoma es muy importante, ya que en el momento del aura ocurre una vasoconstricción de las arterias intracraneales y algunos fármacos que tienen este mismo efecto podrían aumentar el riesgo de tener un accidente cerebro vascular (ACV). Por esta razón recomiendo no fumar y, si toma anticonceptivos orales, evaluar su uso en las pacientes con migraña con aura que además tengan más de 30 años, ya que la combinación de estos factores también aumenta el riesgo de ACV”, advirtió Morera.
El impacto de la alimentación
El punto central es que las personas que suelen sufrir de migraña deberían prestarle atención a la regularidad de las comidas y tener un horario más o menos fijo para las mismas. Hartmut Göbel, neurólogo especializado en terapia del dolor, indica que es mejor comer cinco veces al día en lugar de tres.
“El cerebro de quienes padecen migraña precisa más energía, que se obtiene por supuesto a través de los alimentos ingeridos”, explicó Göbel desde Alemania. “Es bueno ingerir un desayuno abundante y variado”, añadió al respecto. El neurólogo desaconseja, en cambio, que los afectados hagan ayunos intermitentes y dietas cetogénicas.
En ese sentido, tampoco cree que la auto prohibición de determinados ingredientes o alimentos pueda tener algún efecto significativo. Si bien señala que es posible que los alimentos con glutamato, los curados o los platos fríos generen dolor de cabeza, esos malestares suelen ser producto de esos alimentos, pero no califican como migraña.
Desde el punto de vista del especialista, las ganas voraces y repentinas de comer algo dulce o muy calórico, que a veces sienten quienes padecen migraña antes de tener un ataque, tienen explicación: “El cerebro intenta compensar el déficit energético. Por eso es tan importante comer con regularidad. Comer chocolate o caramelos no es un disparador de la migraña”, concluyó el especialista.
Fuente: tn.com.ar