Mientras se habla de celulares con impresionantes 16GB de RAM, ¿Cuál es la cifra realmente necesaria en estos dispositivos? La clave es el uso… y también el marketing.
Uno de los ítems fundamentales a la hora de revisar la ficha técnica de un smartphone es la memoria RAM. Tal como el ingeniero Andrés Bursztyn, vicedecano y director del Departamento de Ingeniería en Sistemas de Información en UTNBA, junto con el procesador aquella especificación es un elemento de hardware que determina la velocidad de respuesta del dispositivo, por ejemplo en la gestión de aplicaciones.
Ahora bien, ¿cuánto RAM debería tener un teléfono para que la experiencia sea fluida? ¿2GB, 4GB, 6GB? Como veremos en lo que sigue, en el marco de un negocio en avance perpetuo y que ahora promete modelos con 12GB de RAM, para encontrar una respuesta es necesario evaluar diferentes aspectos. Especialmente el uso, pero también la evolución de una industria que necesita vender más y que también es cada día más exigente.
Para qué sirve la memoria RAM
Igual que ocurre en las computadoras, la memoria RAM de un dispositivo móvil se emplea para almacenar los datos y procesos que están en funcionamiento; que colabora con otros componentes del equipo. Además, ese hardware se usa para las funciones multitarea: eso quiere decir que a mayor RAM, más capacidad tendrá el equipo para gestionar varias actividades al mismo tiempo.
En ese sentido, Bursztyn señaló que a fin de acelerar el funcionamiento de un smartphone es recomendable “limpiar” la memoria RAM de aplicaciones que no se encuentren en uso, utilizando la función de “cerrar aplicaciones”, y “limpiar” la memoria caché de datos innecesarios. En ese orden también aconsejó reiniciar el celular cada dos o tres días ya que ese proceso “limpia posiciones de memoria y se consigue una mejora” en el rendimiento.
En concreto, lo que a diario se menciona como “RAM” son las siglas de Random Acces Memory, en español “memoria de acceso aleatorio”. Como se indicó, es un tipo de memoria que se diferencia de otras de su especie principalmente porque almacena los datos en forma temporal. De allí que cuanto más procesos se mantengan activos, más afectado se verá el desempeño. Y por eso, cuanto mayor sea el RAM, más aplicaciones podrán procesarse a la vez. Esa lógica no sólo corre para los smartphones, sino para cualquier dispositivo con RAM.
Cuánta RAM necesito en el teléfono
Para dar con una respuesta a este interrogante, usual entre los que buscan en el mercado un nuevo smartphone, hay que considerar una serie de factores. Uno de ellos, quizás el principal, es el uso que se le dará al equipo: los usuarios “menos exigentes” (que realizan tareas básicas) estarán a gusto con un dispositivo con 2GB o 4GB de RAM; los usuarios “hardcore” (que ejecutan apps pesadas, por ejemplo jueguitos móviles o herramientas de edición) deberían optar por variantes más avanzadas, de 6GB u 8GB, siempre que el presupuesto alcance.
Naturalmente, los equipos de alta gama (por ende los más costosos) son los que llegan con mejor RAM. En este punto cabe señalar que es posible conseguir equipos móviles con 12GB y hasta 16GB de RAM, cifras que en este momento parecen exageradas (por ende, poco útiles) pero que podrían satisfacer las necesidades de un grupo de usuarios que exige a fondo a los teléfonos y que, además, se preparan para lo que viene.
Esa consideración nos conduce al siguiente punto: la evolución de las especificaciones de hardware usualmente acompaña los cambios que traen los softwares. Dicho en otras palabras, los programas y aplicaciones son cada vez más completos y por eso necesitan fichas técnicas más robustas. Es fácil correr una app viejita con poco RAM, pero no es lo mejor (a veces es imposible) correr un videojuego con gráficos de calidad en un equipo de gama media o baja.
Por lo demás, aparece la variable del marketing. La industria móvil ha experimentado en los últimos años una involución es su popularidad: tal como contamos acá, el smartphone fue el “niño mimado” del negocio móvil durante muchos años, hasta que las ventas desaceleraron primero y luego comenzaron a caer. En ese contexto, los fabricantes necesitan invariablemente de la actualización para seguir seduciendo a los consumidores.
Hay muchos planes para eso (desde los modelos plegables hasta los equipos con fichas técnicas poderosísimas) y eso también incluye modelos con RAM hasta las nubes. Acaso, esa sea una zanahoria que algunos perseguirán para renovar sus dispositivos, y el negocio es plenamente consciente de ello.
De todos modos, es importante señalar que muchas de las aplicaciones (incluso ciertas características de los sistemas operativos móviles) tienen diseños para correr en teléfonos con bajo RAM. Incluso, aún se ofrecen celulares con solamente 1GB de RAM, capaces de funcionar correctamente en la mayoría de los entornos. También hay variantes de apps, usualmente denominadas “Lite”, que reducen algunas funciones para correr con soltura en ese tipo de terminales.
Obviamente no será igual la experiencia en un smartphone con 1GB o 2GB de RAM que en uno con 12GB, aunque sí es importante relativizar la cifra y siempre analizarla en un contexto, en conjunción con otros componentes internos como el procesador, especialmente.
¿Es necesario un RAM elevadísimo para las tareas que se realizan en un smartphone? ¿Un equipo de bolsillo necesita más potencia que una computadora? La respuesta es en buena medida subjetiva: hay quienes sostienen que “siempre será mejor que sobre a que falte”, y otros señalan que no es necesaria tal especificación (mucho menos afrontar el gasto elevado) en un equipo que no corre softwares pesadísimos. A fin de cuentas, cómo decíamos, todo dependerá del uso y de una previsión a futuro. Naturalmente, los actuales equipos con mucho RAM estarán mejor preparados para las exigencias que llegarán mañana.
Fuente: tn.com.ar