La depresión canina es una enfermedad habitual en perros y es causada en la mayoría de los casos por el estado de ánimo de las personas.
La depresión es una enfermedad muy habitual entre la población. Más de 300 millones de personas en todo el mundo sufren esta afección psicológica, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es una patología mental que puede derivar en graves perjuicios para la salud cuando sus efectos se prolongan en el tiempo.
Debemos saber diferenciar entre depresión y simples alteraciones del estado de ánimo causadas por circunstancias puntuales. La depresión es algo mucho más grave, aunque muchas veces es complicado su diagnóstico por parte de especialistas.
Además de las personas, los perros también pueden sufrir depresión. Este animal considerado como ‘el mejor amigo del hombre’ es uno de los más cariñosos y sensibles, por lo que en ocasiones pueden llegar a padecer esta patología. Así, en la mayoría de las ocasiones los dueños de estas mascotas no son conscientes del proceso psicológico que puede estar atravesando en animal.
Una de las causas principales de la depresión canina viene directamente dada por el estado de ánimo de las personas. Un perro tiende a desarrollar depresión cuando ve que su dueño o sus dueños se sienten tristes. Por lo tanto, podemos decir que la depresión es ‘contagiosa’ entre humanos y perros.
Otro aspecto que influye en esta afección en estos animales es sentirse abandonados. Cuando un perro es desatendido por los convivientes de la casa, no juegan con él, no lo sacan a pasear o no atienden sus necesidades fisiológicas pueden entrar en un estado de depresión.
Síntomas en perros
Muchos de ustedes al conocer que vuestro perro puede padecer depresión seguro que está pensando cómo podemos detectar tal hecho. Pues bien, existen una serie de indicativos que podrían hacernos ver que nuestra mascota está pasando por un mal momento psicológico.
Un perro con depresión tiende a dormir más de lo normal, perderá el apetito que muestra habitualmente, bajara de peso, ofrecerá comportamientos extraños y será propenso a contraer otras enfermedades como catarros o conjuntivitis. Estos son solo alguno de los síntomas que podrían desvelar la depresión canina.
Si intuyes que tu perro puede tener depresión es necesario tratar esta enfermedad de forma adecuada. En estos casos, el primer paso es contactar con un profesional veterinario, para descartar otro tipo de problemas físicos o relacionados con alguna enfermedad.
A partir de ahí es beneficioso establecer rutinas para mejorar el estado de ánimo del animal, incidiendo en actividades tan importantes como las comidas, paseos, juegos y tiempos de descanso.
Además, en algunos casos se puede dar la peculiaridad de que tanto el perro como el dueño sufren depresión. En ese caso es bueno que ambos realicen actividades juntos, jueguen y sientan la compañía el uno del otro. Son terapias que aportan beneficios para acabar con la depresión.
Fuente: www.airedesantafe.com.ar