El pelo se puede perder por diversas causas y no todos los cuadros son irreversibles. Un dermatólogo explica los posibles orígenes de este trastorno.
La caída del cabello es un problema habitual tanto para hombres como para mujeres. Sin embargo, si se modifican algunos hábitos se puede contribuir a combatir su pérdida.
Las personas pierden, en líneas generales, unos cien pelos de la cabeza por día, por lo que no es alarmante que se encuentren cabellos de forma regular en el peine, en el piso, en la bañadera o en la almohada. De media, el cuero cabelludo contiene alrededor de 100 mil.
Andrés Politi (M.N. 73.970), dermatólogo y miembro titular de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) explicó que la caída del cabello puede ser parcial o general. “La otra clasificación que hacemos los especialistas es si son cicatrizales o no cicatrizales”, especificó.
“En el primer caso, el pelo se cae y no vuelve a crecer. Las localizadas no cicatrizales son las más comunes, es decir, esos redondeles conocidos como alopecia areata. Es cuando a las personas, por estrés o causas inmunológicas, se les cae un redondel de pelo y, si tiene suerte, le vuelve a crecer solo. En menos del 1% de los casos, eso avanza y le compromete toda la cabeza”, precisó.
En ese sentido, el especialista añadió que otra caída de pelo nada rara, localizada y no cicatrizal se da en los chicos que se tironean el cabello, lo que se llama tricotilomanía y que es expresión de tensión y estrés.
Otro tipo de pérdida del pelo es la transitoria, que puede durar de tres a seis meses “por falta de nutrientes”. “Lo más común es por falta de hierro y de hormona tiroidea. Pueden aparecer por situaciones de estrés. Todos los déficits de vitaminas se relacionan a la caída del pelo. Cuando la persona está con un cuadro de desnutrición, la caída es mayor”, precisó.
“También están las caídas localizadas, pero con cicatriz, que se dan en el contexto de ciertas enfermedades como el lupus, donde se pierden lamparones de pelo y que requieren un tratamiento rápido ya que, de lo contrario, el folículo queda tapado por una cicatriz y no vuelve a crecer más”, advirtió.
Caídas generalizadas: cicatrizantes y no cicatrizantes
El especialista explicó que la típica caída generalizada del cabello en los varones es la llamada alopecia androgénica, que empieza con la edad y se va pronunciando con la herencia familiar.
“Algo similar ocurre en las mujeres, también con herencia familiar de pérdida del cabello. Después de los 50 años, al tener menos estrógenos, empiezan a experimentar caída de pelo, en especial en la zona de la corona”, indicó.
Caídas reactivas: efluvios telógenos
Según el dermatólogo, las mismas se revierten solas por carencia de algo como la hormona tiroidea o de hierro, donde suele caerse el 15% del pelo. “Esos cuadros suelen mejorar con tratamiento”. En tanto, “los efluvios telogénicos también pueden darse en el postparto, postestrés y postinfección por covid”, dijo.
Por último, explicó que también existen caídas por efectos adversos de ciertos medicamentos, como sucede en los pacientes con cáncer que reciben quimioterapia, donde se pierde un 80% del cabello.
Factores de riesgo para la caída del cabello
El dermatólogo explicó que entre los principales factores de riesgo para la pérdida de pelo figuran:
- Episodios febriles.
- Covid.
- Cirugías con postoperatorio prolongado.
- Situaciones de estrés muy importantes.
- Déficit de hierro.
- Déficit de hormona tiroidea.
- Déficit de vitamina D.
- Tironeo del cabello.
Cuidados para evitar la caída del cabello
En el caso de estar preocupados por la caída del pelo, es recomendable consultar con un dermatólogo para que analice si es necesario algún tratamiento específico. No obstante, para ayudar a fortalecer el cuero cabelludo se puede tener en cuenta lo siguiente:
- El cuidado al peinarse: no se debe cepillar el pelo de forma brusca, dar tirones o hacerlo si está muy mojado. Evitar en la medida de lo posible recogidos tirantes.
- Tinturas o permanentes muy agresivas: pueden quebrar la fibra capilar desde la raíz.
- No atarse el pelo cuando está mojado: debilita la raíz del cuero cabelludo y puede generar la aparición de caspa. Del mismo modo, está contraindicado pasarse la plancha si el cabello no está del todo seco.
- Usar el secador con moderación: cualquier tipo de aparato que irradia calor afecta la cutícula protectora del cabello y rompe el equilibrio de humedad y sequedad, por lo que aumenta su vulnerabilidad.
- El control de la alimentación: las dietas estrictas y de pocas calorías reducen los niveles de energía y uno de sus efectos secundarios es que se debilita el cabello. Por otro lado, se recomienda consumir fenogreco, té verde, raíz de regaliz y remolacha, alimentos a los que se considera beneficiosos para ayudar al crecimiento del pelo.
- Usar cosméticos capilares con agregados de vitaminas y sustancias acondicionadoras: sobre todo cuando el cabello sufre los efectos del sol y el agua de la pileta o del mar. Remedios caseros que dan buenos resultados son el jugo de cebolla y el aloe vera.
- La incorporación de colágeno a la dieta: se puede hacer a través del colágeno bebible, conocido como “shot saludable”. Esta proteína fortalece el cabello, reduce su pérdida y además aumenta su volumen.
- Los masajes con aceites esenciales como el de coco, de almendras, de oliva, de ricino y de romero: incrementan el flujo sanguíneo hacia los folículos pilosos y fortalecen las raíces.
- Un corte asiduo: cortarse la cabellera cada mes y medio hace que crezca saludable. Si se deja pasar mucho tiempo, las puntas comienzan a abrirse.
Fuente: tn.com.ar