Se puede seguir una dieta rica y variada. Hay que consultar con un nutricionista para que adapte la alimentación a la rutina de cada persona.
El único tratamiento posible para la enfermedad celíaca es seguir una dieta estricta sin gluten durante toda la vida. El paciente celíaco no puede ingerir ningún alimento que contenga esta proteína, ni siquiera en cantidades mínimas o por error, ya que hacerlo de manera continuada puede dañar severamente las vellosidades intestinales y poner en riesgo su salud.
En concreto, algunos alimentos que contienen gluten son el pan, las pastas o los panes, galletitas y otros productos panificados. “Además, debemos hacer un esfuerzo por estar informados y revisar detalladamente el etiquetado de los alimentos, ya que el gluten puede estar presente en otros alimentos como frutos secos, quesos fundidos, patés, salsas, algunos embutidos, sucedáneos del café y el chocolate, y muchos otros alimentos elaborados donde se emplean harinas con gluten en el procesado”, explica Julio Maset, médico español.
Algunos consejos para convivir la celiaquía
1. Evitar el autodiagnóstico
No iniciar una dieta libre de gluten antes de que los exámenes médicos y los tests que se practican hayan confirmado la enfermedad, porque estopodría enmascarar o retrasar el diagnóstico. La única medida preventiva que se recomienda es no incorporar alimentos con trigo en la dieta de los bebés hasta los seis meses de edad.
2. Seguir una dieta sin gluten, pero rica y variada
Basar la dieta en alimentos naturales y frescos que no contengan esta proteína, como carnes, pescados, huevos, leche y derivados, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales como el maíz o el arroz.
3. Ser precavido con los alimentos elaborados
Como norma general, hay que eliminar de la dieta los productos industrializados, los elaborados artesanalmente, los que no estén etiquetados y no incluyan el listado de ingredientes, así como los alimentos envasados, porque en ellos es más difícil garantizar la ausencia de gluten o la contaminación cruzada. Ante la duda de si contendrán o no gluten, es mejor descartar esos alimentos elaborados.
4. Leer las etiquetas de los productos manufacturados
Aproximadamente, el 70 por ciento de ellos contiene gluten. Por eso, leé siempre la etiqueta del producto, ya que los cereales, la harina, los almidones modificados (E-1404, E-1410, E-1412, E-1413, E-1414, E-1420, E-1422, E1440, E-1442, E-1450), los amiláceos, la fécula, la fibra, los espesantes, la sémola, las proteínas, las proteínas vegetales, el hidrolizado de proteína, la malta, el extracto de malta, la levadura, el extracto de levadura, las especias y los aromas pueden contenerlo. También resultan muy útiles los símbolos que identifican los productos libres de gluten.
5. Mantener una higiene adecuada al cocinar
Preparar de manera inadecuada los alimentos puede generar una contaminación cruzada entre los que contienen gluten y los que no, poniendo en riesgo la salud de las personas celíacas. Para evitarla, debés manipular con precaución los alimentos, lavar y limpiar bien las mesas y utensilios de cocina y almacenar los productos susceptibles de contener gluten separados del resto.
6. Preparar las comidas libres de gluten en primer lugar
Por la misma razón, es recomendable cocinar las pastas con y sin gluten en recipientes separados y usar distintas cucharas para revolver. Evita freír alimentos sin gluten en aceites donde previamente se hayan freido productos que sí lo contienen.
7. Consultar los ingredientes y la manipulación de alimentos al comer fuera de casa
A la hora de ir a restaurantes, las personas celíacas deben tener la precaución de informarse previamente sobre la forma de elaboración y los ingredientes de cada plato. Y no pasa nada si en una comida familiar o restaurante, consultás la posibilidad de llevarte tu comida en un táper.
8. Viajar sí, pero sin riesgos
Cuando viajés, llamá con antelación al establecimiento donde te alojarás para explicar tu condición de celíaco. Si te alojás con amigos o familiares, debés explicarles cómo evitar la contaminación cruzada de los alimentos. Y no está de más llevar siempre algún producto sin gluten por si no encuentras restaurantes con opciones para celíacos.
9. Prestar atención a los excipientes de los medicamentos
Algunos fármacos pueden contener gluten, harinas, almidones u otros derivados en sus excipientes. No obstante, se podrá saber siempre si se consulta el prospecto, etiquetado o ficha técnica, ya que legalmente debe advertirse siempre si un producto contiene sustancias que puedan causar intolerancias o alergias. Si aún así hay dudas, consultar con el farmacéutico.
10. Asesorarse por nutricionistas y asociaciones de pacientes
Un buen nutricionista puede ayudar a diseñar una dieta equilibrada y variada que se adapte a cada estilo de vida. También las asociaciones de pacientes celíacos pueden ser un gran apoyo: ellas podrán informar sobre avances, listados de alimentos aptos y recomendaciones de restaurantes.
Fuente: tn.com.a