Mundialmente, afecta hasta 10 millones de personas al año. Por qué la vacunación es una defensa esencial para proteger a los animales de compañía.
Alrededor de 10 millones de personas en el mundo, así como un gran número de animales de compañía, resultan contagiados anualmente por la Leptospirosis, una enfermedad zoonótica, es decir, que se puede transmitir de animales a seres humanos a través del contacto con orina o sangre de ratas, perros o ganado infectado y que, hoy por hoy, se encuentra dentro de las 5 con mayor potencial epidémico por su amplia distribución en el mundo y su relación entre especies.
Ante ello, la vacunación es una defensa esencial para proteger a los animales de compañía y evitar el contagio, así como la propagación de la enfermedad. Especialmente en la actualidad, donde el ser humano ha ido poblando sectores en los que viven especies silvestres. Ello, sumado al cambio climático y las ya cada vez más habituales inundaciones o deslizamientos de terreno, puede provocar que nosotros y nuestras mascotas estemos en mayor riesgo de contacto con esta peligrosa bacteria.
“Cuando vacunamos todos los años a nuestro perro, se mantiene una importante protección para la enfermedad. Sin embargo, no todas las vacunas disponibles en el mercado logran evitar que esta bacteria se elimine por completo, por el contrario, puede generar una falsa sensación de seguridad”, comentó Walter Comas, director de la Unidad de Animales de Compañía en MSD Salud Animal en Región Sur.
La Leptospirosis no solo se presenta en perros o gatos, pues también se pueden infectar a muchos otros animales, tales como vacas o cerdos. Esta bacteria también puede afectar a animales silvestres como liebres, jabalíes, ciervos, guanacos, huemules, entre otros; incluso, a seres humanos, quienes se infectan por contacto de la piel con heridas abiertas o mucosas con aguas contaminadas con Leptospira.
Algunos datos sobre esta enfermedad peligrosa para cuidar la vida de los animales de compañía y de los humanos:
– Los perros pueden contagiarse al tener contacto directo con otros perros, gatos, animales de granja o animales silvestres que hayan tenido acercamiento a esta bacteria.
– Los síntomas principales se relacionan con una falla en los riñones o en el hígado, ya que son los órganos más afectados por esta bacteria.
– Los perros pueden presentar fiebre, vómitos, inapetencia, deshidratación, dolor generalizado en los músculos, problemas de circulación y coagulación en la sangre; pueden tornarse amarillos (ictericia) e, incluso, llegar a morir.
– Se dice que es una enfermedad silenciosa porque la bacteria se mantiene oculta en los riñones de los animales infectados por mucho tiempo sin mostrar signos de enfermedad e, incluso, aquellos que se enfermaron y logran recuperarse, pueden seguir eliminando esta bacteria en la orina por meses o por años, contagiando así a otros animales.
– Los roedores son la principal fuente de infección. Se comportan como un reservorio natural de Leptospira, lo desechan por la orina y al diseminarlo por medios acuáticos y suelos húmedos otros animales pueden infectarse.
Fuente: www.infobae.com