Tener un cachorro implica llevar adelante varias tareas de cuidado y también no adelantarse en otras.
Desde que nace el animal, nace ciego, nace sordo, recién comienza a ver al día 12, comienza oír más o menos en la cercanía de ese tiempo, y entonces: ¿qué podemos hacer si tenemos un cachorro recién nacido para vincularlo con el mundo que lo rodea?
En principio no asustarlo, no generar cosas bruscas y sí generar con hisopos sensaciones en las plantillas de las manos y de las patas con distintas temperaturas, un poquito frío un poquito caliente.
Cuando está con la madre, que el desmadre, que el no vincularse más con su mamá y sus hermanos sea a los 60 días y no antes, y esto es útil para cuando adoptamos un animal o lo compramos. No antes de los 60 días porque esos 60 días van a trabajar sobre las emociones de los animales sobre todo inhibiendo la mordida.
¿Qué significa esto? Moderar la potencia de la mordida, según la cantidad del estímulo. Y entre los 60 días y los 4 meses de edad aparece la etapa sensible del animal, esa etapa donde el animal, según la percepción de algunos profesionales, a mi planteo errónea, no debe salir a la calle.
No, sí debe salir a la calle, lo que no debe es pisar veredas, para eso existen unas excelentes mochilas que permiten llevar al cachorro aquí en la parte delantera como si fuera un bebé cuando uno va caminando o lo llevás en el carrito de las compras o lo llevás en el auto.
Estas etapas, la etapa del desmadre a los 60 días y la etapa sensible llamada “imprinting troquelado o impresión”, donde se sociabiliza el animal son fundamentales para marcar la conducta futura.
Algunos consejos sobre cómo socializar un cachorro con las personas pueden ser, invitar a tus amigos y familiares: pedirles que le dediquen unos minutos de atención a tu perro.
Llevar a tu perro a la calle para que vea gente nueva cada día. No necesitas llevarlo a pasear dos kilómetros, camina hasta la esquina y vuelve, llévalo cuando vayas a la tienda, etc. Consulta aquí el Calendario de vacunas para perros.
Habitúalo a la presencia de niños pequeños y bebés. De esta manera, asociará a los niños pequeños con cosas buenas. Controla muy bien estas interacciones para que los niños no lastimen a tu perro. Acostumbra a tu perrito a ser manipulado: acarícialo, levántalo, tócale las patitas, revísale los dientes, etc.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
Fuente: Infobae.