Algunos expertos recomiendan un descanso de no más de media hora para mejorar el rendimiento. Otros sostienen que complica el sueño nocturno.
La siesta es un tema que suele dividir a los especialistas del sueño. Muchos se oponen, excepto en raras ocasiones y otros, en cambio, consideran que es favorable tomar una pequeña siesta durante el día, siempre y cuando se sigan algunas recomendaciones.
Aquellos que recomiendan la siesta puntualizan sus beneficios potenciales para la salud: “Puede ser una gran herramienta para mejorar el estado de alerta y productividad por la tarde”, dijo Rebecca Robbins, experta en sueño y profesora en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard. La especialista también señaló que investigaciones previas revelaron que la siesta puede incluso aumentar la memoria a corto y mediano plazo.
La clave es configurar la alarma y levantarse cuando suena: una siesta poderosa debe durar entre 20 y 25 minutos, así se evita entrar en sueño profundo y sentirse desorientado al despertar. Además, un período más largo puede afectar la forma en que dormimos por la noche.
Sin embargo, los consejos respecto a la duración de la siesta no son rígidos. Para algunas personas, en días ocasionales en los que están totalmente cansados y fatigados, una siesta más larga es un buen remedio para ponerse al día. “Si uno acumula varios días de falta de sueño nocturno, o tuvo una noche donde por algo no pudo conciliar el sueño y el descanso fue muy corto, en esos casos una siesta de 90 minutos puede ser recomendada”, señaló la experta en sueño de Harvard a la revista estadounidense de salud y bienestar Real Simple.
Otros de los beneficios, es que además de reducir los niveles de estrés durante el día, dormir la siesta fortalece el sistema inmune y cardiovascular. Un estudio científico suizo publicado en la revista científica Heart, reveló que tomar una siesta moderada una a dos veces por semana, reduce el riesgo de ataque cardíaco.
Los investigadores evaluaron durante más de 5 años a 3.462 participantes sin antecedentes de enfermedad cardiovascular, de 35 a 75 años. Se les pregunto si, en la última semana, habían dormido la siesta, y si lo habían hecho, cuántas veces, y cuánto tiempo por vez. Como conclusión, los científicos detectaron menor riesgo cardiovascular en el grupo de participantes que dormía siesta una o dos veces por semana en relación a los individuos que no dormían siesta.
La Fundación Nacional del Sueño de los Estados Unidos, señala que una siesta de entre 10 a 30 minutos de duración, y alejada del momento de irse a la cama por la noche, es ideal para mantener el estado de alerta y vigilancia, mejorar el rendimiento, o simplemente para tomarse un momento para uno mismo. Sin embargo sobrepasar la media hora de descanso puede no ser conveniente.
Por otro lado, uno de los expertos que exhiben públicamente su postura anti-siesta es Michael Breus, conocido en EEUU como “el doctor sueño” y autor del libro Good Night: The Sleep Doctor’s 4-Week Program to Better Sleep and Better Health. El especialista explicó que “en general, la siesta no es la respuesta, va a reducir la capacidad de cada persona de manejar su propio ritmo de sueño, hará más difícil lograr el descanso nocturno y puede provocar insomnio”.
En ese sentido, Breus apuntó que si uno necesita una “recarga de energía”, la mejor estrategia es hacer una caminata al aire libre ya que la combinación de la actividad física con la luz solar pueden mejorar la atención y concentración. Otra opción es tomar una buena taza de café antes de las 2 de la tarde, si lo que se busca es incrementar el estado de alerta.
Breus consideró que una siesta puede ser apropiada sólo en casos excepcionales, como por ejemplo, cuando uno durmió menos de 5 horas por la noche y necesita estar muy alerta y concentrado para una gran presentación por la tarde.
Por su parte, los especialistas de la prestigiosa Mayo Clinic de EEUU, apuntaron que tomar una siesta en el momento equivocado del día o durante demasiado tiempo puede ser contraproducente. Para saber cuándo es conveniente, elaboraron una guía:
¿Cuáles son los beneficios de la siesta?
– Relaja los músculos y despeja la mente
– Reduce la fatiga y/o cansancio
– Aumenta el estado de alerta
– Mejora el estado de ánimo
– Mejora el rendimiento, incluido un tiempo de reacción más rápido y una mejor memoria
¿Cuáles son los inconvenientes de la siesta?
– Por la inercia del sueño, las personas pueden sentirse aturdidas y desorientadas al despertarse de una siesta
– Problemas de sueño nocturno. Las siestas cortas generalmente no afectan la calidad del sueño nocturno para la mayoría de las personas. Pero si experimenta insomnio o mala calidad del sueño por la noche, podría empeorar estos problemas
¿Podría un aumento repentino de la necesidad de siestas indicar un problema de salud?
Si experimenta una mayor necesidad de siestas y no hay una causa obvia de fatiga o cansancio nuevo en su vida, hable con su médico. Podría estar tomando un medicamento o tener un trastorno del sueño u otra afección médica que interrumpa su sueño nocturno.
¿Cuál es la mejor manera de tomar una siesta?
– Dormir siestas cortas. De solo 10 a 20 minutos, y no más de media hora. Cuanto más tiempo duerma la siesta, es más probable que se sienta atontado después. Sin embargo, los adultos jóvenes pueden tolerar siestas más largas.
– Tomar siestas temprano en la tarde. Después de las 3 pm puede interferir con el sueño nocturno. Los factores individuales, como su necesidad de dormir, su horario de sueño, su edad y el uso de medicamentos, también pueden influir en la determinación del mejor momento del día para tomar una siesta.
– Crear un ambiente de descanso. Tomar una siesta en un lugar tranquilo y oscuro con una temperatura ambiente agradable y pocas distracciones.
Para finalizar, al levantarse de la siesta, tómese un tiempo para despertarse antes de reanudar las actividades, especialmente aquellas que requieren una respuesta rápida o aguda.
Fuente: www.infobae.com