Para los pacientes alérgicos esta es una época especial, ya que el cambio de estación y la consecuente polinización de los árboles afecta su calidad de vida.
En tiempos de pandemia, se debe ser muy preciso ante la aparición de los síntomas alérgicos típicos como la congestión y la obstrucción nasal, dado que se los debe diferenciar de los síntomas relacionados con la COVID-19.
Los pólenes de los plátanos, en especial, son transportados por el aire y son muy livianos, por lo que se movilizan mucho durante la estación primaveral.
En estos días con más horas de sol, de clima más agradable, lo que nos lleva a pasar más tiempo al aire libre, pero también con brisa, la concentración de pólenes es más alta.
Debido a estas características de los pólenes, las personas con historia de alergia deben (todos nosotros, en realidad) evitar todo tipo de reuniones cerca de estos árboles, que pueden llegar a liberar hasta 1,500 granos por metro cúbico al aire.
Es importante recordar también lo que debemos hacer:
Ventilar los ambientes (lo ideal es mantener el hábito de la ventilación cruzada), dado que los pólenes pueden ingresar al interior de los domicilios.
Estar más atentos al secado de la ropa: se recomienda hacerlo en el interior, para que los pólenes no se acumulen en las prendas).
Usar siempre el tapabocas/tapanariz.
Usar anteojos, porque minimiza el contacto de los pólenes con la conjuntiva.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay entre 400 millones y 600 millones de personas alérgicas. En nuestro país, 2 de cada 10 personas tienen rinitis alérgica.
Esto indica que el 20,5% de la población tiene esta enfermedad, que da como síntomas:
Obstrucción nasal.
Rinorrea (la nariz chorrea agua).
Crisis de estornudos
Picazón de nariz, ojos y paladar.
Estos síntomas aparecen en general en los alérgicos, pues tienen una carga genética que compromete su sistema inmunológico que, ante la llegada de estas sustancias, reacciona de manera sobreexagerada y causa los síntomas.
Otras manifestaciones son el incordio, la irascibilidad y, muchas veces preocupante, una sensación de “cierre de la garganta”, que se presenta con garganta seca y sed de aire.
La rinitis alérgica es un proceso inflamatorio de la mucosa que recubre las fosas nasales, y los pólenes pueden inflamarla aún más. Las personas que saben que tienen rinosinusitis alérgica, muchas de ellas con poliposis, también sufren estos cuadros, dado que en estos casos la inflamación se extiende a la mucosa que recubre los senos paranasales. El paciente, además de los síntomas descriptos, siente dificultad respiratoria importante, el aire no pasa por la nariz, entra en insuficiencia ventilatoria nasal. Pueden tener complicaciones como infecciones recurrentes de la vía aérea y aparecer crisis asmáticas, que empeoran aún más su calidad de vida.
Las personas que ya se saben alérgicas se anticipan e intentan prevenir estos síntomas pues, en este contexto de pandemia, no es momento de minimizar ni subestimar ninguno de ellos.
Por ello se recomienda no automedicarse, lo importante es saber que el enemigo de los alérgicos está presente y, para ello el especialista indicará el tratamiento correcto.
En la actualidad, las variantes terapéuticas son muchas: hay disponibles antihistamínicos de segunda generación que no dan sueño, antileucotrienos que inhiben la liberación de mediadores inflamatorios a nivel local; precisamente en las fosas nasales se usa solución salina hipertónica para que la mucosa rinofaríngea este permeable, y corticoides tópicos que permitirán el buen pasaje aéreo. Se recomienda, también, el uso de vaselina al lado de los lagrimales o de los anteojos, pues este producto evitará la entrada de los pólenes a los ojos (se pegan a la vaselina).
Ante una crisis de alergia se pierde el estado de bienestar, aparecen alteraciones del sueño y mal humor, por lo que los síntomas no deben ser minimizados.
Hoy en día, más que nunca, es importante consultar con el especialista ante la aparición de estos síntomas.
Dra. Stella Maris Cuevas, MN 81701. Médica otorrinolaringóloga. Experta en olfato – Alergista. Expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA).
Fuente: www.infobae.com