Es un tumor de las células de la sangre, llamadas blastos, de muy rápido crecimiento. Requiere de un inmediato inicio del tratamiento para evitar complicaciones.
Como todos los 21 de abril se celebra el Día Mundial de la concientización sobre la Leucemia Mieloide Aguda, un tumor de las células de la sangre que afecta a 160 mil personas en el mundo. Es de crecimiento rápido, por lo que requiere de inmediata detección y tratamiento.
A partir de estadísticas internacionales, se estima que cerca de 2 mil argentinos desarrollan cada año esta leucemia, conocida como mieloide aguda, una de las más frecuentes en adultos y difícil de tratar porque avanza súbitamente.
Desde FUNDALEU (Fundación para Combatir la Leucemia), recordaron que durante la primera ola de la pandemia -bajo la consigna de quedarse en casa- registraron cierta demora de los pacientes en la realización de la primera consulta tras haber desarrollado síntomas, por lo que alertaron sobre la conveniencia de no esperar y concurrir al médico cuanto antes.
Pérdida de peso o de apetito, fatiga, fiebre persistente, infecciones o sudoración nocturna, son algunos de los síntomas de esta enfermedad. También lo son la aparición de hematomas (conocidos como moretones) sin causa aparente o de puntos rojos en la piel por el sangrado, llamados petequias.
“Los síntomas que experimenta el paciente que desarrolla esta enfermedad, que en su mayoría son mayores de 65 años, son compatibles con otras condiciones potencialmente más benignas, entonces a priori no le dan al individuo ninguna pauta de que esté cursando una enfermedad grave. Por eso, nuestra recomendación es no demorar ese primer contacto médico y en cualquier guardia, con un simple análisis de sangre, se puede identificar muy bien un cuadro de este tipo”, explicó Isolda Fernández (M.N. 69.088), jefa del Servicio de Hematología de FUNDALEU.
“La postergación de una consulta médica puede traer consecuencias negativas en cualquier aspecto del cuidado de la salud, pero en el caso de las leucemias, se está ante urgencias médicas y no hay tiempo que perder. La situación que venimos atravesando todos como sociedad tiene que dejarnos enseñanzas y una de ellas debe ser la de priorizar la salud y no demorar controles o consultas”, puntualizó Miguel A. Pavlovsky (M.N. 82.212), director médico científico de FUNDALEU.
Según explicó el especialista, un análisis de sangre revela rápidamente la existencia de un cuadro oncohematológico y luego otros estudios confirmarán el diagnóstico y tipificarán la leucemia en términos moleculares y genéticos. Particularmente, en este contexto de COVID-19, en FUNDALEU reconocieron que es correcto que el paciente que acude a una institución médica con síntomas inespecíficos sea hisopado, pero siempre y cuando no se saltee luego la realización del estudio de laboratorio, porque se estaría perdiendo tiempo “valiosísimo e irrecuperable para tratar su leucemia” en caso de tenerla.
El tratamiento busca eliminar todas las células cancerígenas, blastos, y restituir el buen funcionamiento de la médula ósea productora de células sanguíneas. Si el estado general del paciente lo permite, la indicación habitual para abordar esta leucemia son ciclos intensivos de quimioterapia: el primero durante una internación de alrededor de un mes, llamado “inducción”, para erradicar las células leucémicas; seguido de dos o tres ciclos adicionales, llamados “de consolidación” o “intensificación”, para eliminar las células leucémicas ocultas durante otras tres o cuatro semanas de internación cada uno.
Fernández, que también integra la Subcomisión de Leucemias Agudas de la Sociedad Argentina de Hematología, subrayó: “Este esquema de internaciones prolongadas, posiblemente vaya a verse desafiado si el pico de la segunda ola de coronavirus eleva la ocupación de camas en las instituciones de salud, otro motivo para no postergar la consulta de emergencia”.
Para aquellos casos en que la quimioterapia está contraindicada -fundamentalmente por edad, fragilidad o comorbilidades que presenta el paciente-, existen terapias dirigidas, de administración oral, que están aprobadas en nuestro país y se indican en combinación con otras drogas.
Otra opción potencialmente curativa, dijeron los especialistas, es el trasplante de médula ósea, que es un procedimiento complejo, no exento de riesgos, en el que se reemplazan las células enfermas por células formadoras de sangre provenientes de la sangre periférica o de la médula ósea del donante emparentado o no emparentado, que debe ser compatible, por eso la existencia de bancos internacionales de donantes para aquellos pacientes que no tienen donantes familiares.
Por último, cuando el objetivo no es curativo, se ofrecen cuidados paliativos, orientados a aliviar los síntomas del paciente y acompañarlo a transitar su enfermedad desde el punto de vista médico, pero contemplando aspectos emocionales y de contención para él y su entorno directo.
“Este tipo de leucemia, en particular, continúa siendo un desafío para la comunidad médica y necesitamos que se siga investigando para dar con más y mejores opciones de tratamiento. Tras más de 50 años sin novedades y en los que contábamos únicamente con la misma quimioterapia que seguimos utilizando en la actualidad, la ciencia ha ido avanzando y ofreciéndonos nuevas herramientas para ayudar mejor a estos pacientes, sobre todo con medicaciones orales, algunas de las cuales ya están en nuestro país”, reveló Fernández.
Fuente: tn.com.ar