Es fundamental generar conciencia sobre cómo prevenir la pérdida auditiva y promover el cuidado del oído en todo el mundo.
El 3 de marzo se celebra el día Mundial de la Audición, que tiene como objetivo aumentar la conciencia y promover la audición en todo el mundo. Este año el lema será “Para oír de por vida, ¡escucha con cuidado!”, y se centrará en la importancia, y en las maneras, de prevenir la pérdida de audición mediante la escucha segura.
La OMS se centrará en la importancia de la escucha segura para conservar una buena audición durante toda la vida. En 2021 publicó el Informe mundial sobre la audición, donde subraya que cada vez son más las personas que padecen pérdida de audición o que corren el riesgo de padecerla. En este trabajo se destaca la necesidad del control del ruido y se hace hincapié en la importancia de reducir la exposición a sonidos fuertes.
Según ese informe, los datos hacia un futuro no tan lejano son preocupantes. La previsión para el año 2050 es que existan en todo el mundo 700 millones de personas con problemas graves de pérdida de audición. Actualmente, 1.100 millones de jóvenes corren el riesgo de perder audición debido a las prácticas auditivas poco seguras. El 40% de las personas de entre 12 y 35 años de los países con ingresos altos y medianos están expuestos a niveles sonoros perjudiciales en los locales de ocio.
Una nueva norma internacional para la escucha segura en lugares y eventos de entretenimiento, publicada por la OMS, se aplica en sitios y actividades con música amplificada. “Millones de adolescentes y jóvenes corren el riesgo de sufrir pérdida de audición debido al uso inapropiado de dispositivos de audio personales y a la exposición a niveles de sonido nocivos en lugares como clubes nocturnos, bares, conciertos y eventos deportivos”, señaló la Dra. Bente Mikkelsen, Directora del Departamento de Enfermedades No Transmisibles de la OMS. La nueva norma tiene por objeto ofrecer mejores garantías a los jóvenes en sus actividades de ocio”.
La persona hipoacúsica tiene cierto grado de dificultad para la comunicación social de manera que “es necesario facilitarle y romper todas esas barreras que pueden hacer que el paciente no aproveche adecuadamente, por ejemplo, sus amplifonos, sus audífonos, y necesite un refuerzo visual, como puede ser la lectura”, explicó el Dr. Carlos Boccio, jefe del programa de implantes cocleares e hipoacusia del servicio de otorrinolaringología del Hospital Italiano al ser consultado por Infobae.
La pandemia complicó mucho la comunicación para los hipoacúsicos por el uso del barbijo ya que dependen, para poder comunicarse, no solo del uso del audífono o el amplifono, también es necesario que el interlocutor marque las frases con claridad, despacio, en tono fuerte.
En Argentina, la discapacidad auditiva constituye el 18% de las discapacidades existentes, correspondiendo 86,6% a una dificultad auditiva y el 13,4% a sorderas. Entre 1 y 3 de cada 1.000 nacidos vivos en el país se presenta algún grado de hipoacusia. El 60% de los casos de pérdidas auditivas en niños se trata de causas prevenibles.
“Lo más frecuente es el daño por ruido que se le genera al adolescente y jóvenes que están acostumbrado a escuchar música a altísimos volúmenes durante muchas horas. En ese caso, los auriculares de inserción, los clásicos que se venden en la industria no son los más adecuados. De cualquier manera, si el joven no lo usa más de dos o tres horas por día y en los niveles máximos, el daño que debería generarse es realmente bajo”, detalló Boccio.
Sin embargo, la acumulación de horas, días y años de uso alto volumen condena a la gente joven a ser adultos-jóvenes con dificultades auditivas que pueden empezar con acúfenos (ruido en los oídos o en la cabeza sin que exista una fuente exterior de sonido) persistentes que molestan, que después perturban, que después les impiden conciliar el sueño adecuadamente.
Según Boccio, si la gente expuesta a los ruidos altos hace un reposo y un descanso por muchas horas, en los primeros años de la exposición en general no se generan daños definitivos. Pero si no lo hacen, la contaminación en ese grupo etario es muy alta. La OMS está dando recomendaciones permanentemente con respecto a este grupo.
La población adolescente argentina, de entre 10 a 24 años, según el último censo, representa el 25,79% y se calcula que el 30% de ellos sufrirá trastornos auditivos no laborales (aproximadamente 3 millones de personas). Por caso, 1 de cada 5 individuos que escuchan música durante 3 horas diarias a 95 dba padecerá algún tipo de hipoacusia después de los 20 años.
Con respecto a los recién nacidos, es posible detectar algún tipo de dificultad auditiva, “es necesario e imperioso, y además así lo exige la Ley de discapacidad auditiva. Los centros de salud tienen que realizar un Screening de aquellos nacidos, no sólo los que tienen riesgo auditivo, sino aquellos que no lo tienen”, explicó el doctor Boccio.
Una vez que quedan en contacto con ese grupo que hizo la detección inicial, serán citados de acuerdo a alguna duda o alguna confirmación de un daño auditivo en los meses siguientes para poder hacer un diagnóstico y una confirmación del déficit auditivo, del grado, si es moderado, severo y equipar al paciente, e incluirlos en algún plan de estimulación auditiva, del uso de audífonos, de un eventual dispositivo de tipo más sofisticado como el implante coclear u otro. “Es un derecho del paciente, del recién nacido, y una obligación del Estado darle este tipo de asistencia”, resaltó Boccio.
Con respecto a grupos especiales, como son los adultos mayores “hay que tener un especial cuidado -alertá Boccio- porque los adultos mayores que no escuchan bien y que no están habilitados auditivamente, en general sufren para la comunicación, para la relación social y familiar, sufren aislamiento por incomprensión del lenguaje hablado o por falla en sus audífonos, o porque sus cuidadores o su familia no hablan en el volumen y en la velocidad adecuada y empiezan a sufrir cuadros de aislamiento y frecuentemente de depresión.”
Este es un grupo que la OMS también tiene muy en cuenta ya que requiere especial cuidado para poder brindarle contención y aconsejarlos sobre mejores formas de comunicación.
Algunas recomendaciones para la población en general: se recomienda el control periódico de los oídos y la audición al ingreso escolar, nunca introducir hisopos u otros elementos (supervisar a los niños) en los oídos, no colocar gotas en los oídos sin indicación médica, el uso de auriculares debe ser controlado por horas de uso y volumen. El daño al oído por exposición al ruido es irreversible: hipoacusia, acúfenos, alteraciones emocionales y estrés son parte del daño que el ruido puede provocar.
La fecha del día mundial de la audición fue establecida en la primera conferencia internacional sobre prevención y rehabilitación de los trastornos de la audición, en Beijing China, en 2007. El 30 de mayo de 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó por unanimidad declarar a la hipoacusia como enfermedad no transmisible.
Fuente: www.infobae.com