La exposición cuidada a la radiación solar es necesaria para una saludable absorción de la vitamina D. En qué condiciones debe hacerse y por qué hay que controlar los lunares.
Podría decirse que “en su justa medida” el sol es beneficioso para la salud.
Es que si bien la exposición solar es aconsejada para la síntesis de vitamina D y un buen estado integral de salud, los riesgos de hacerlo en exceso o en horarios de mucha radiación pueden acarrear males mayores.
La pregunta es ¿cuánto sol se debe tomar? Y a ese interrogante debe sumarse ¿cuánto se debe tomar? ¿a qué hora? y ¿en qué condiciones?
Y en ese sentido, las recomendaciones son tomar entre 15 y 20 minutos de sol sin protección en la cara y en los brazos. Con eso, en general, salvo en el sur de nuestro país es suficiente para que se produzca la cantidad de vitamina D que el cuerpo necesita. En el resto de América hasta México la indicación es la misma para todos los países dado que las horas de sol durante el día son más o menos las mismas.
El asunto es que para tomar sol hay que evitar las horas que van desde 10:30 u 11 de la mañana hasta las 16, que es cuando -para darse una idea- la sombra es más corta que la estatura, lo que indica que los rayos solares llegan con más intensidad a la Tierra.
Durante esas horas, al igual que si se utiliza cama solar, se produce un aumento de las posibilidades de tener melanoma.
El melanoma es un tumor de piel que en la Argentina se diagnostican 135.000 casos por año. ¿Cuántos? Sí, 135.000 casos por año. Se trata de una enfermedad que diagnosticada a tiempo tiene una buena evolución, mientras que no diagnosticada a tiempo la evolución no es buena.
Los factores de riesgo para el desarrollo del cáncer de piel son varios, entre ellos, la piel clara, el pelo rubio o pelirrojo, los ojos claros y la presencia de muchos lunares, al igual que tener antecedentes familiares de este tipo de cáncer. Sin embargo, esto no implica que quienes no presentan estos rasgos no tengan posibilidades de desarrollar un cáncer de piel: la radiación ultravioleta, sea por la exposición solar o por el uso de camas solares, es uno de los factores de riesgo más importantes.
En ese sentido, lo mejor es estar atentos al estado de los lunares del cuerpo y arribar al diagnóstico temprano de la mano de una regla que es la del ABCDE.
A: si se observa una lesión en la piel, la A es de asimetría. Si uno puede cortarla de manera imaginaria por la mitad y queda igual de los dos lados es lo correcto, si queda distinto es un problema.
B: la B es de borde. Cuando son lesiones benignas el borde es parejo, en tanto cuando puede ser complicada el borde es desparejo.
C: la letra C corresponde al color. En las lesiones buenas, otra vez, el es parejo mientras que en las malas el color es desparejo.
D: el diámetro de hasta 7 milímetros se trata de un lunar tolerable, más de esa medida es para preocuparse.
E: la E puede valer para la evolución (si el lunar crece en el tiempo) y otra cualidad que hay que observar es la elevación (si crece hasta tomar una altura desde la piel).
*El doctor Alberto Cormillot es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. Fundó y dirige la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, Dieta Club, la Fundación ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad) y el Instituto Argentino de Nutrición, desde donde asesora a industrias para la elaboración de productos dietéticos y saludables.
Fuente: www.infobae.com