Aportan minerales, vitaminas y antioxidantes, refrescan el organismo, son fáciles de conseguir y, al ser de estación, son accesibles al bolsillo.
Se acerca el verano y el cuerpo pide alimentos livianos y frescos que aporten hidratación. Las altas temperaturas pueden causar síntomas severos, como el golpe de calor, provocado por la incapacidad del cuerpo para regular su temperatura, en el que la persona puede presentar piel seca, roja y caliente, pulso rápido y fuerte, náuseas, calambres y pérdida del conocimiento. Por eso, en esta época del año, es necesario llevar una alimentación saludable, basada en ciertos alimentos.
Desde el Plan Argentina Saludable, del Ministerio de Salud de la Nación, recomiendan la ingesta de diez alimentos que aportan minerales, vitaminas y antioxidantes, y que refrescan el organismo, además que son fáciles de conseguir y, al ser de estación, son accesibles al bolsillo.
- Uva: En todas sus variedades y colores, esta dulce fruta, que se consigue entre enero y junio, aporta vitaminas A, C, del complejo B, ácido fólico, potasio, magnesio, calcio, azufre, hierro, betacaroteno y fibra. Es un excelente antioxidante, lo que favorece el buen estado de las arterias y el corazón. Y contienen resveratrol, una sustancia natural que protege al corazón del colesterol malo, los triglicéridos altos y la hipertensión arterial.
- Tomate: Un clásico de todas las comidas. Crudo o cocido, queda bien con casi todo. Al tener un alto contenido en líquido, es liviano e ideal para las temperaturas elevadas. Es antioxidante y ofrece vitaminas A, C, potasio y fibra. Es rico en licopenos, sustancia que reduce el riesgo de enfermedades cardíacas y cáncer.
- Pescado: En temporada de veraneo, los destinos no sólo ofrecen mar, ríos o lagos para bañarse, sino también como fuente de la carne que tiene la menor cantidad de grasas saturadas (las malas) y la mayor concentración de omega 3, 6 y 9, vitales para fortalecer el corazón y el cerebro. Así que este verano, a decirle sí a la gastronomía del lugar y a disfrutar de truchas, surubíes o calamares, siempre a la plancha, al horno o a la parrilla.
- Sandía: Otra fruta de estación que, bien fría en una tarde de calor, puede convertirse en el tesoro más preciado. Además, tiene potasio, magnesio, vitamina A, ácido fólico y betacaroteno. Y, al estar constituida mayoritariamente por agua, hidrata y remineraliza el organismo.
- Ciruela: Siguiendo la ruta de las frutas, no podía faltar la ciruela, la cual, junto al aporte de vitaminas A, C, B1, B2, E, potasio, magnesio, fósforo, calculo, hierro y azufre, es buena para la piel y el cabello, además de deliciosa. Por si fuera poco, también mejora los problemas de tránsito intestinal, estreñimiento y es desintoxicante.
- Calabaza: Al igual que el tomate, contiene licopeno. También es antioxidante, laxante y desintoxicante. Su sabor levemente dulce y su rápida cocción, la convierten en el acompañamiento ideal de cualquier tipo de carne o en protagonista excluyente de rellenos de tartas, empanadas y pastas.
- Nueces y almendras: Si bien se recomienda consumirlas con moderación por su alto contenido calórico, sus beneficios son tantos que bien vale la pena la mesura, sobre todo si se tiene en cuenta que 20 almendras tienen las mismas calorías que una medialuna mediana, pero aportan grasas saludables, vitaminas, calcio y ácido fólico (y la medialuna, nada). Y esto vale para todos los frutos secos: avellanas, pistachos, maníes, castañas, por supuesto en estado natural (sin sal y sin freír).
- Zapallito: Contiene vitaminas A, C, del grupo B, fósforo, magnesio, hierro, calcio y yodo. En su variedad redonda o zuchini, es pura agua, se cocina rapidísimo en todas las formas y refuerza nuestros sistemas inmunológico y nervioso.
- Berenjena: Pocos vegetales brindan tantas opciones a la hora de su preparación: milanesas, lasaña, croquetas, en escabeche, paté, en tartas y ensaladas. Y lo mejor es que ayudan a disminuir el colesterol, favorece la circulación, es antioxidante y contiene poquísimas calorías gracias a su alto contenido en agua.
- Yogur: Contiene proteínas muy útiles para el ser humano y con una mayor digestibilidad que la leche. Además, es una buena fuente de vitaminas del grupo B y A y una excelente fuente de minerales como el calcio, fósforo, magnesio y zinc.
Fuente: tn.com.ar