Conoce cómo es que se logra el color, sabor e intensidad de cada variante de té y descubrí por qué son tan diferentes.
Si te gusta el té a estas alturas ya sabes que existen cientos de variedades diferentes, cada una con sus cualidades, aromas y sabores diferentes, entre ellos los que más destacan es el té verde, el té rojo y el té negro, como los más populares y si alguna vez te preguntaste que caracteriza a cada una de estas variedades y por qué son diferente, en esta nota verás cuáles son los motivos. Luego ya podrás elegir un buen té en base a los saberes que tendrás adquiridos.
Todo el té sale del mismo lugar
Así como lo lees, todas las variedades de té provienen de la misma planta, la planta del té o Camellia sinensis, lo que consumimos son las hojas de este arbusto, además de otras partes como los tallos o las yemas, sin embargo lo que da como resultado las diferentes variantes de té es el procesamiento que se le da a las hojas, creando así diferentes estados de oxidación y por lo tanto diferentes aromas y sabores.
Té verde
Las hojas del té son arrancadas del arbusto para ser procesadas, se dejan secar de manera natural y obtienen un color verde oscuro, después se hornean para retirar cualquier indicio de humedad, este proceso evita que la hoja se fermente pues se eliminan los compuestos necesarios para ese proceso, este té se caracteriza por su alto contenido de antioxidantes, su sabor fresco y herbal y un color claro una vez infusionado.
Té negro
Para elaborar el té negro, a diferencia del té verde, las hojas se dejan marchitar y fermentar, así se logra su color café oscuro, con tonalidades casi negras, el proceso de horneado se da solo hasta que las hojas se han marchitado, molido y fermentado, todos estos pasos le otorgan al té negro un fuerte e intenso sabor, con profundas notas y aromas, aportando un color oscuro en infusión.
Té rojo
El té rojo es otra variante que se fermenta pero que además lleva un proceso de añejamiento, para elaborar este té primero se recolectan las hojas, mismas que son procesadas y después almacenadas con métodos específicos, esto genera ciertas características durante el añejamiento, maduración y fermentación de las hojas, que adquieren un color rojizo y pardo, que al momento de infusionarse le dan el tono rojo a la bebida.
Fuente: www.airedesantafe.com.ar