Cómo hacer para que con el comienzo del otoño no perjudiquen nuestra salud.
Con las temperaturas otoñales llegan también numerosas alergias relacionadas con los dichosos ácaros. Estos pequeñísimos arácnidos encuentran en el polvo de nuestras casas un lugar idóneo para vivir durante esta temporada, con el riesgo que eso conlleva.
El aumento de la humedad y la bajada de las temperaturas en el exterior, son el caldo de cultivo idóneo para la proliferación de los ácaros. Al llegar el frío y las lluvias, pasamos más tiempo en nuestros hogares.
Estos acostumbran a vivir en lugares oscuros y húmedos, y que se encuentran muy a gusto en el polvo. Se nutren de ese mismo polvo y de restos de nuestra propia piel que al desprenderse se deposita en cualquier lugar del entorno, en especial en esas superficies con las que más contacto tenemos: ropa de cama, sofás, sillas y, por supuesto, en el suelo.
Nos atacan a todos, pero en especial a los niños y a las personas sensibilizadas. Por eso es muy recomendable airear el hogar durante varias veces al día, usar la aspiradora en vez de barrer, ya que la segunda opción favorece la elevación y dispersión del polvo. Otra opción es tener un purificadores de aire en formato portátil para llevarlo de una habitación a otra.
Deberías evitar alfombras, zonas tapizadas o peluches, o limpiarlos con asiduidad, para evitar así que sean contenedores de polvo. Por otro lado, el ambiente seco no les va bien a los ácaros. Es por eso que usar la calefacción es una buena estrategia para resecar el ambiente y así fomentar su desaparición. Es recomendable limpiar las rejillas de calefacción si usás bombas de calor, ya que ahí se acumulan muchas pelusas y suciedad.
Fuente: lt10.com.ar