Una alimentación saludable sería una alternativa no farmacológica, eficaz, natural, segura y sabrosa para reducir las probabilidades de padecer una patología cardiovascular.
El colesterol elevado no tiene síntomas, solo se conoce este dato a través de un análisis de sangre. Por esta razón, es muy importante realizar controles médicos anuales para detectarlo y prevenirlo a tiempo.
El cuerpo necesita ese colesterol para formar células sanas, pero tener altos niveles de colesterol puede aumentar el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca.
Los lípidos que circulan por la sangre, colesterol, triglicéridos, lo hacen unidos a través de macromoléculas denominadas lipoproteínas. Son:
- LDL, las macromoléculas que transportan el llamado colesterol “malo”.
- HDL, aquellas que transportan el llamado colesterol “bueno”.
“Las moléculas LDL, cuando están en exceso, podrían depositarse en las paredes de arterias y capilares formando placas de ateroma, generando obstrucción o coágulos, encargados de desencadenar un infarto agudo de miocardio o un accidente cerebrovascular. De ahí la importancia de mantener niveles bajos de esta lipoproteína LDL en sangre como un objetivo para prevenir estas complicaciones”, plantea Gabriela Rimer, licenciada en Nutrición (M.P. 026) y miembro del Consejo Directivo del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.
La experta sugiere que tomar los consejos de la dieta Mediterránea para lograr estos objetivos es una buena opción. El patrón típico de esta alimentación está basado en un elevado consumo de variados alimentos de origen vegetal. Por ejemplo:
- Legumbres (porotos de diversos tipos, lentejas, arvejas secas, garbanzos).
- Frutos secos (nueces, almendras, avellanas, castañas, maní).
- Frutas frescas (eligiéndolas siempre como postre).
- Verduras de variados colores, en lo posible crudas o mínimamente procesadas para maximizar contenidos de fibra, antioxidantes, vitaminas, minerales.
- Cereales, eligiéndolos con su cáscara (integrales); salvado de avena.
- Leche y derivados, en lo posible descremados.
El plan de alimentación también considera un bajo consumo de huevos, carnes y productos cárnicos; prefiriendo aves de corral como pollo, pavo, en lugar de vaca o cerdo. Sin duda, la elección de la proteína será desde el pescado, tanto de mar como de río”, resalta Rimer y aclara que el aceite de oliva es el ingrediente básico en esta dieta, utilizándolo tanto como condimento como para cocción.
“También consideramos otros consejos por fuera de esta dieta Mediterránea, que son muy beneficiosos, como el uso de aceite de canola que tiene un efecto positivo a la hora de reducir el colesterol por su rico contenido de ácidos omega”, propone la nutricionista, además de compartir estos tips:
- El consumo diario de ajo también reduciría los niveles de colesterol, como así el chocolate negro con mas del 70% de cacao.
- El aporte diario de semillas de chía, girasol, lino, sobre todo molidas.
“Importante es considerar el cuidadoso consumo de sal agregada, y moderar el consumo de productos ultra procesados con agregado de grasas de origen animal y trans”, advierte.
Sustancias como levadura de arroz, curcumina, fitoesteroles, resveratrol, ayudarían a disminuir el colesterol LDL. Como también aceite de chía, o de pescado en cápsulas, ya que aportan ácidos omega-3, considerando estas últimas sustancias dentro de los suplementos dietarios.
“Siempre consultar a un licenciado en Nutrición, que será el experto en adaptar estos consejos a las necesidades de cada persona”, indica la profesional.
Fuente: tn.com.ar