Dilucidar de qué manera recuerdan las cosas puede abreviar su aprendizaje. Además, es un componente importante del sistema adaptativo de cualquier animal y es esencial para su supervivencia.
Los perros son animales muy inteligentes y muchas veces esa inteligencia se califica por medio de la evaluación de su memoria o sea de las veces que necesitan de una repetición de un procedimiento para aprenderlo.
Si bien este concepto solo engloba lo que definimos como inteligencia práctica, uno de los expertos más importantes del estudio de la conducta canina, Stanley Coren, ha basado su escala de inteligencia canina en esos parámetros. En esta escala ha ubicado al Border Collie, que tiene una memoria excelente, como la raza de perro más inteligente, circunscribiendo el alcance de la inteligencia a este aspecto específico.
Para profundizar y mejorar nuestra relación con los perros en la llamada “familia multiespecie”, es de particular interés conocer el funcionamiento de la memoria de los perros, tanto a corto como a largo plazo.
Obviamente, todos los perros tienen memoria y pueden acordarse de su familia, de otros perros, de procedimientos, de lugares, etc. La memoria funciona como un componente importante del sistema adaptativo de cualquier animal, siendo esencial para su supervivencia ya que le permite recordar por ejemplo la ubicación frecuente de una presa en el ámbito silvestre o donde está guardada la comida en el ámbito doméstico.
De la misma forma que pasa con el ser humano, el perro tiene dos tipos esenciales de memoria: la de corto plazo, también llamada memoria de trabajo, y la memoria a largo plazo. Según las más recientes investigaciones la memoria a corto plazo dura un máximo de dos minutos, aunque se dice que los perros son capaces de recordar sucesos que han ocurrido recientemente durante no más setenta segundos.
Si vinculamos la memoria con la recompensa luego por haber realizado satisfactoriamente una orden, el máximo tiempo para conectar el premio con la acción ejecutada son cuatro segundos estipulando un segundo como el intervalo de latencia ideal para relacionar claramente una cosa con la otra.
Pasados los diez segundos, el perro no relacionará en absoluto la recompensa con la acción llevada a cabo. La memoria a corto plazo de los perros es fundamental ya que les permite conservar información durante un breve lapso, unos pocos segundos, que utiliza para llevar a cabo sus actividades cotidianas.
Mientras tanto la memoria a largo plazo, guarda los recuerdos trascendentes de manera duradera.
Otra clasificación define y establece a la memoria no declarativa, y la vincula con las habilidades y los hábitos adquiridos, tomando especial protagonismo cuando a través de la repetición se logra transformar un ritual en rutina y luego a éste en un hábito automático. En esa misma clasificación la otra memoria, la declarativa, es la que permite recordar simplemente hechos.
Es interesante saber que los perros, a diferencia de los humanos, viven el presente sin sentir nostalgia al pensar en el pasado ya que su memoria es asociativa, de tal modo que relacionan imágenes, circunstancias y hechos del pasado con acontecimientos puntuales del presente.
El acto pasado, ya no existe. Solo existe el resultado, si el perro hizo algún desastre será una tarea inútil retarlo porque no recuerda quién lo hizo, solo percibe el enojo. Sabe que algo está mal pero no sabe que es lo que no debió ser así.
Este tipo de asociaciones permanecen para siempre en la memoria de los perros y son las que generan los temores, las fobias y otras sensaciones, muy difíciles de modificar.
Por último, es importante señalar que los perros reconocen y recuerdan fundamentalmente a través del olfato, su sentido más desarrollado fijando en su memoria lo que llamamos :”Imágenes olfativas”.
La vista, en el perro, es un sentido menos desarrollado que en el ser humano, de tal forma que las asociaciones visuales son menos consistentes que las olfativas.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
Fuente: www.infobae.com