En conflictos bélicos del pasado, los perros eran usados hasta para trasladar bombas. Un recorrido por la historia y cómo cambió hoy esta situación.
Los animales y la guerra. Los perros y la guerra. ¿Cuándo empezó esta historia? Todos tenemos en claro que desde la Guerra Púnica para acá y mucho antes, el caballo era utilizado como un elemento, de hecho existe la caballería, que sigue existiendo en todos los ejércitos. Pero después apareció la paloma mensajera. La paloma que vuelve, pero que nunca va.
Y los perros. Los perros fueron utilizados fundamentalmente después de la Segunda Guerra Mundial, primero como perros de Curz Roja, de asistencia médica, de llevar un botiquín al frente. También hubo barbaridades donde los perros eran portadores de minas o de bombas que a distancia se disparaban.
Lo romanos usaron a los perros molosos como vigilantes de rebaños, en los almacenes y en las villas, y las legiones romanas lo incorporaron también como animal de combate. El perro también jugó un papel importante en la península ibérica durante la Reconquista.
Durante la Primera Guerra Mundial, las razas caninas utilizadas para las operaciones militares fueron diversas: el airdale terrier, el pastor alemán alsaciano, el rottweiler o el schnauzer gigante. Todas tuvieron que acostumbrarse al ruido de los morteros en unas condiciones terribles.
Durante la Segunda Guerra Mundial varios perros destacaron por sus actuaciones en ambos bandos, como un pastor alemán llamado Bob que llegó a localizar a más de dieciséis soldados heridos que tras un bombardeo se arrastraban perdidos en el campo de combate.
Para premiar tanta valentía y fidelidad se creó en 1943 la medalla Dickins, galardón que a día de hoy sigue vigente y que pretende rendir tributo a aquellos animales que con su esfuerzo, y en muchos casos con su vida, han ayudado al ser humano en épocas de conflicto.
Lo cierto es que pensemos claramente en el aspecto de la utilización de los animales en la guerra. Ellos nunca pidieron ser parte y sería muy bueno que los dejemos donde están. Y no los utilicemos haciéndoles daño o perder la vida. Pareciera que esto es un pasado que no se repite en el presente.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
Fuente: www.infobae.com