Sucede más que nada en adultos mayores, sobre todo como consecuencia de los trastornos circulatorios.
De repente, se pierde parte del campo visual de un ojo o, directamente, se ve todo negro, sin advertencia previa, es decir, sin dolor, enrojecimiento o lesiones anteriores como las causadas, por ejemplo, por un accidente.
La pérdida repentina y sin dolor de la vista se produce sobre todo en personas mayores. Una de sus principales causas son los trastornos circulatorios, según señaló a DPA Thomas Reinhard, director médico de la Clínica de Oftalmología de la Universidad de Friburgo, en Alemania.
“Cuando hay trastornos circulatorios se puede producir un cierre de la arteria central del ojo”, afirmó Reinhard. Esa arteria abastece a la retina con oxígeno y nutrientes importantes. Cuando ese vaso, que lleva sangre a la retina, se obstruye, se apaga la luz en cuestión de segundos. Es decir que, de repente, se ve todo oscuro con el ojo afectado”, precisó.
En algunos casos, la pérdida de visión dura apenas unos segundos. Luego, esa oclusión del vaso se disuelve. A veces sucede después de diez minutos o una hora. “Es importante ir de inmediato al médico y buscar la causa exacta de la oclusión”, aconsejó el oftalmólogo.
Por lo general, también se le pide al médico clínico que analice la coagulación de la sangre en general, de acuerdo con Reinhard. “También se puede consultar con el neurólogo, que debe analizar el flujo de sangre en la carótida, ya que esa arteria es responsable del suministro de sangre para el cerebro y los ojos.”, añadió.
En ese sentido, el especialista advirtió: “Cuando los trastornos de circulación son la causa que llevan a una pérdida completa de la vista y el paciente llega demasiado tarde, no es mucho lo que se puede hacer por el ojo afectado, generalmente. Un tratamiento con sustancias anticoagulatorias (trombólisis) no tiene demasiado sentido en el caso de los ojos. La realidad es que solo hay efectos secundarios y ningún beneficio”. Sin embargo, el oftalmólogo explicó que se puede buscar la causa exacta del trastorno circulatorio y combatirla. En muchos casos, eso permite que al menos no se pierda la visión del segundo ojo.
El cierre de la arteria central de la retina tiene en muy pocos casos un origen inflamatorio: la arteriris de células gigantes, una inflamación autoinmune de los vasos sanguíneos que hace que las propias defensas del organismo ataquen a las arterias. Eso también genera trastornos circulatorios. Por lo general, las personas afectadas tienen fuertes dolores de cabeza y mandíbula, pero no sienten dolor en el ojo. En el peor de los casos, esa inflamación causa ceguera.
Los desprendimientos de retina y las enfermedades del nervio óptico se cuentan entre otras de las posibles causas de una pérdida de visión repentina e indolora. La pérdida de la vista se puede evitar acudiendo lo antes posible al oftalmólogo cuando duele el ojo. Dependiendo del síntoma, el profesional medirá la presión ocular y analizará la retina y el nervio óptico. Eso permite evitar o tratar a tiempo los factores de riesgo para una posible pérdida de la visión.
De acuerdo con la Sociedad Alemana para la Ecografía en la Medicina (DEGUM), la ecografía ocular puede ser útil para el diagnóstico. Sobre todo cuando se dificulta observar el interior del ojo debido a cataratas, por ejemplo.
El profesor Frank Tost, director de la sección de oftalmología de DEGUM, señaló a DPA que con las técnicas modernas de ecografía ocular se pueden ver hasta los glóbulos de sangre más pequeños en el ojo. Es así como una sonografía que brinda una imagen mucho más precisa que otras tecnologías de imagen, como la tomografía computada.
De acuerdo con Tost, una de las ventajas del ultrasonido es que los pacientes pueden mover el ojo y brindar de esta forma importante información adicional. “Esto permite representar de forma bastante exacta ámbitos más escondidos. En el caso de una tomografía computada, en cambio, mover el ojo representaría una alteración en la imagen”, explicó.
Fuente: tn.com.ar