El acercamiento con nuestros perros se puede lograr con simples actitudes. Cuáles son.
Los perros viven un ambiente propio, con una visión del mundo desde su situación de perro. En biología, lo que se percibe del entorno desde la visión propia de cada especie y dentro de ella, de cada individuo, se llama: umwelt de la especie.
Umwelt significa entonces el modo en el que se percibe el entorno, el medio ambiente, lo que rodea a un individuo según él lo perciba. Entre perro y ser humano, la misma realidad y dos concepciones diferentes según la percepción y el filtro, realizado por sus herramientas biológicas.
Por otra parte, los perros son naturalmente observadores. Los lobos necesitaron ser así para sobrevivir y los perros lo heredaron. Esta característica hace que al darles una orden o dirigirnos a ellos además de hablarles sea muy importante mirarlos y gesticularles.
Al mirarlo él sabrá que la cosa es con él pero también podrá evaluar nuestro ánimo y mejorar cada vez más el vínculo. Un factor fundamental en la comunicación con los perros es qué palabras usar, cuando y sobre todo el tono que empleemos al decir cada una de ellas.
Los tonos son claramente comprendidos por los perros y son un eje fundamental en la comunicación con ellos. Para todo lo que signifique límite o negación el tono debe ser grave y cortante mientras que para la recompensa o la satisfacción el tono debe ser agudo y complaciente.
Para poder empezar a congeniar los idiomas nuestras palabras al dirigirnos a nuestro perro deben ser claras, cortas y concisas. Las órdenes no deben ser repetidas eternamente si no una o dos veces en forma concreta. La repetición sin sentido claro lleva a la pérdida de la atención y a la dispersión del foco de la orden.
El mensaje debe ser emitido gozando de las siguientes premisas, debe se: paciente, paulatino, persistente en el tiempo, periódico y tener recompensa.
Lo importante del premio es la calidad y la oportunidad. La cantidad debe ser la suficiente como para percibirlo único y diferente pero lo importante no es eso si no, en sí, la acción de darlo y recibirlo.
Por lo tanto una pequeña cantidad, de algo sabroso, no habitual y oportuno será tanto o más efectiva que otro permio dado en cantidades grandes, pero inoportuno o habitual.
Es importante destacar que en cualquier aprendizaje moderno la violencia esta desterrada y los castigos deben quedar resumidos al no premio y a una negación tajante en algunos casos.
Podríamos resumir los diez mandamientos para comprender a nuestro perro en los siguientes preceptos:
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
Fuente: www.infobae.com