Ubicado lejos del centro de la ciudad, el restaurante Soto Cokro Kembang, en Yogyakarta Indonesia, se basó originalmente en un relajante jardín de flores para atraer a los clientes agotados por el estrés de la vida urbana. Sin embargo, cuando el padre del dueño tuvo la idea de convertir los corrales de vacas cercanos en un original espacio acuático para comer, nadie se imaginó que el pintoresco restaurante terminaría atrayendo a personas de todo el país.

El propietario, Imam Nur, dice que la atención que Soto Cokro Kembang está recibiendo actualmente en las noticias y en las redes sociales va más allá de lo que jamás imaginó.

«Inicialmente abrimos este restaurante solo para vecinos que vivían cerca», dijo Nur. “Pero lo que está sucediendo ahora está más allá de lo que habíamos planeado inicialmente. Se ha convertido en turismo culinario. Mucha gente viene de diferentes ciudades».

Pero teniendo en cuenta que cenar con el agua hasta los tobillos con miles de pequeños peces nadando a tus pies y mordisqueando tu piel no es la experiencia más común en el mundo, la popularidad de este pequeño restaurante está más que justificada.

El padre de Iman Nur, Susanto, convirtió los viejos establos de vacas en piscinas de bajo nivel y los llenó con alrededor de 7.000 peces de tilapia del Nilo Rojo, del tipo que usan los spas que ofrecen la polémica pedicura de peces.

Aunque la pedicura de peces se ha vuelto muy controvertida en los últimos años, con algunas ciudades de América del Norte y Europa llegando a prohibirlas luego de informes de infecciones bacterianas y abuso de animales, todavía son populares en los países asiáticos. Y como el «restaurante + pedicura de pescado» es muy novedoso, la gente ha acudido en masa a Soto Cokro Kembang desde que abrió el año pasado.

Fuente: www.periodismo.com