Para asegurarse de que su gato no tenga que esperar demasiado en la puerta esperando que lo dejen entrar, un ingeniero holandés construyó un dispositivo de reconocimiento de rostros que identifica al felino, y le envía un mensaje para que lo haga pasar.
Arkaitz Garro, un ingeniero de software de Holanda, no tiene una compuerta para mascotas en su puerta, así que cada vez que su gato quiere entrar, tiene que esperar hasta que él o su esposa lo vean en la puerta y lo dejan entrar. Y como el sistema no resultaba práctico, decidió usar sus habilidades para resolver el problema. En lugar de instalar una clásica puerta para gatos, decidió buscar una solución de alta tecnología que incluyera inteligencia artificial, sensores de detección de movimiento, software de reconocimiento facial y una aplicación de mensajería. Podrías pensar que es exagerado, pero Arkaitz afirma que solo le tomó unas horas hacerlo, ya que todo el hardware y software que utilizó está disponible para todo el mundo.
Todo comenzó hace unos años, cuando Garro y su esposa vieron un gato en el balcón trasero de la casa. No sabían si había sido abandonado, si estaba perdido, o si simplemente era un gato de la calle, entonces lo tomaron, pero también publicaron algunas fotos en su vecindario, en caso de que alguien lo estuviera buscando.
“Descubrimos que el gato tenía un dueño, que vivía a pocas casas de distancia y que estaba muy feliz de “compartir” el gato con nosotros, que ahora felizmente tiene dos familias que lo aman”, dijo Arkaitz. “Entonces, desarrolló un horario en el que viene a nuestra casa en momentos específicos”.
El problema era que ni Garro ni su esposa podían simplemente hacer tiempo en la puerta esperando que apareciera el felino, pero tampoco les gustaba lidiar con su mirada fulminante y sus agudos maullidos desde detrás de la puerta de vidrio, así que había que hacer algo. Arkaitz ideó un dispositivo compuesto por una minicomputadora Raspberry Pi completa con una cámara que usa software de detección de movimiento y reconocimiento de imagen para identificar automáticamente al gato, y luego le envía un mensaje para que pueda dejar entrar al animal.
“Queríamos que nos avisaran cuando él estaba cerca para poder abrirle la puerta trasera, ya que no tenemos puerta de gato”, explicó Arkaitz. “Cuando el dispositivo detecta movimiento, envía la imagen a un software de reconocimiento que verifica la identidad del gato en función de las imágenes previas cargadas”.
Si la máquina decide que el gato de Garros está afuera de la puerta, y no otro gato, otro animal o una pieza de basura, enviará un mensaje a Arkaitz a través de la aplicación de mensajería Slack, y él lo dejará entrar.
“Me tomó algunas horas reunir todas las piezas y poner en marcha el software, y también un poco más después para ajustar el software para poder reconocer al gato”, dijo Arkaitz, pero al final el dispositivo demostró ser una solución efectiva al problema gatuno del ingeniero.
Fuente: www.periodismo.com