La doble limpieza es una técnica importada de Asia que busca remover las diferentes impurezas del rostro con productos específicos.
Aunque mucho se puede decir sobre cómo maquillarse, qué productos elegir y qué técnicas usar, a veces no se menciona qué se hace después, es decir, cual es la mejor forma de retirar todo ese producto y dejar el rostro limpio y fresco, sin resecarlo. Como suele suceder cuando se habla de productos para el rostro, la oferta es prácticamente infinita y es muy fácil perderse entre las góndolas de la perfumería.
Desmaquillar en dos simples pasos
La técnica de doble limpieza nació en Asia, más específicamente en Corea y Japón, países donde la industria de la belleza y el maquillaje está constantemente innovando, y de donde muchas tendencias se importan y adaptan a las necesidades de las occidentales. Como el nombre de la técnica lo indica, para lograr este resultado se necesitan dos productos: uno con base oleosa y otro con base acuosa.
El razonamiento detrás de esto es simple: la grasa presente en los cosméticos puede disolverse con menos esfuerzo si el producto que usamos para retirarlo es oleoso. Así, no hay que refregar mucho ni raspar la piel, y los maquillajes permanentes o de larga duración salen con muchísima facilidad. Lociones bifásicas, aceites limpiadores y cremas desmaquillantes suelen ser buenas opciones para este primer paso.
En segundo lugar, se aplica un producto de base acuosa, es decir a base de agua. Estos productos suelen ser geles o mousses de limpieza y sirven para eliminar todos los restos de maquillaje y de aceites que hayan podido quedar en el rostro. Además, se encargará de remover impurezas más pequeñas presentes en los poros. Recordemos que los productos muy aceitosos suelen ser pesados y en ocasiones tapar poros, por lo que este segundo paso resulta fundamental para poder lograr la máxima limpieza posible mientras, al mismo tiempo, evitamos que salgan granitos e impurezas.
Las ventajas del método
Lo que resulta particularmente beneficioso de este método es su versatilidad y su gran porcentaje de éxito. Por un lado, puede ser usado por personas con diferentes tipos de piel, que pueden adquirir productos aptos para ellas simplemente teniendo en cuenta la dicotomía aceitoso/acuoso. Por otro, el hecho de atacar los diferentes tipos de suciedades e impurezas con ingredientes ideales hace que el resultado final sea más exhaustivo y completo, sin mayores consecuencias para el rostro.
A largo plazo, la textura de la piel puede mejorar y se verá cómo se reduce la aparición de espinillas y puntos negros, ya que tener una piel limpia es un paso importante a la hora de alcanzar un cutis equilibrado.
Más allá de los beneficios a largo plazo, que pueden ocurrir como no, lo importante de cuidar el rostro es tomar ese momento para una, para hacer un mimo a la piel y para poder disfrutar del proceso, sin obligaciones y sin mayores pretensiones.
Fuente: www.airedesantafe.com.ar